Posteriormente, tras haberse dado un baño de masas con los ciudadanos y ciudadanas que se agolparon en esta bella zona de tan hermosa, noble y leal villa para ver de cerca y saludar a la Princesa de Asturias, los actos siguieron en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, donde le fue entregada la Medalla de Asturias.
Al momento, la heredera tomó la palabra y ofreció un discurso muy bien leído y pronunciado, muy preparado, lleno de afecto hacia Asturias y en el que además desveló detalles privados, como sus viajes de infancia a la tierra de su madre para visitar a su bisabuela, Menchu Álvarez del Valle, fallecida en julio de 2021 a los 93 años, y algunos de sus gustos culinarios asturianos.
Tras mencionar a las autoridades presentes y a "queridas asturianas y asturianos", haciendo uso así del lenguaje inclusivo, empezó con las referencias personales y familiares: "Os confieso que vine muchas veces con mi madre y con mi padre a Asturias durante mi niñez. Mi familia asturiana es muy asturianona, ya me entienden, y pude, desde bien pequeñina, conocer los bosques de Oriente y dar paseos largos entre aquellos carbayos y castaños que ya forman parte de mi infancia".
"Nuestra bisabuela nos contaba a Sofía y a mí cómo era la Asturias en la que vivió y formó su familia. Disfrutamos mucho con sus historias de la radio y de aquella época. Recorrí playas preciosas, conocí montes, valles y pueblos increíbles. Me aficioné incluso a los oricios ante la cara de extrañez de mi hermana. Bueno, es que ella es más de pantrucu, aunque a mí también me encanta", dijo sin mirar al papel y con un gesto más desenfadado. Los oricios son erizos de mar, un plato muy habitual en Asturias, mientras que el pantrucu es una especie de morcilla asturiana.
"Las dos hemos sido muy felices aquí y lo somos cada año cuando venimos a impulsar los valores que promueve la Fundación Princesa de Asturias. Por eso hoy me siento tan agradecida, y por eso esta mañana de otoño es tan especial para mí. Agradezco de todo corazón al Gobierno del Principado de Asturias la concesión de la Medalla del Principado, y a la ciudad de Oviedo el título de Alcaldesa Honoraria. Lo recibo con respeto y con la certeza de que, como lo sintió mi padre hace casi 40 años, significan algo muy importante, el compromiso que adquiero, que me guía y guiará siempre para ser merecedora de estos reconocimientos", añadió la Princesa de Asturias.
Su sangre asturiana
"Recuerdo que fue emocionante mi primer viaje oficial de 2018 al visitar a la Santina, la Virgen de Covadonga, en Cangas de Onís. Y tampoco olvidaré la primera vez que ante el atril del Teatro Campoamor recibí un aplauso tan cálido que fue como un abrazo, así que puedo decir que los asturianos me habéis acompañado en muchos momentos importantes de mi vida. ¡Cómo no voy a sentirme a gusto aquí! Por eso estas palabras son para vosotros, para todas las personas de esta tierra que me habéis arropado siempre, que me regaláis vuestro cariño y me hacéis sentir acogida y feliz en todas las ocasiones", añadió con un guiño al himno de Asturias.
"Llevo Asturias en mi corazón, y siempre será la patria querida que dice el himno, la tierra que da nombre al título que me designa como Princesa, y por tanto, servidora de España, y el lugar de origen de mi familia materna. Lo dije en mi primer discurso en Oviedo en 2019, tengo sangre asturiana, y eso no solo imprime carácter, es un orgullo y una alegría, y por eso quería que vosotros, los asturianos, fueseis los protagonistas de estas palabras en este día de reconocimientos, y que las sintáis como el abrazo que os doy ahora, como aquel que me brindasteis después de mi primer discurso", finalizó la Princesa Leonor, que ha vuelto a dejar claro que siente mucho orgullo de su parte asturiana.