Ella fue abanderada en Seúl 88, mientras que el entonces Príncipe de Asturias portó la enseña nacional en Barcelona 92, obteniendo además un diploma olímpico. En el caso de la Infanta Elena, aunque ha competido en alguna ocasión, habitualmente ha preferido seguir las regatas como espectadora, ya que su deporte favorito es la hípica.
Los Marichalar y los Urdangarín son fanáticos de la vela
En la nueva generación, de los ocho nietos del anterior Jefe del Estado, seis practican vela cada verano. A finales de julio, la Reina Sofía recibe en el Palacio de Marivent a los hijos de la Infanta Elena y a los de la Infanta Cristina, que desde que pueden por edad, acuden a un curso de vela en Calanova, a dos pasos de donde veranean los Borbón y Grecia desde 1973. Así, se ha hecho habitual ver a Felipe y Victoria de Marichalar, y a Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarín haciendo sus pinitos en vela, y preparándose para quizás en pocos años subirse a bordo de una embarcación para participar en la Copa del Rey de Vela.
Desde los 6 años podrían haberse apuntado a mini infantil, para encontrarse ahora en la categoría de vela infantil, la misma de Miguel e Irene Urdangarín, mientras que los mayores, Felipe, Juan, Victoria y Pablo, pueden participar ya en vela ligera. Sin embargo, parece que Leonor y Sofía no han sentido la curiosidad, ya que como explicó Felipe VI, apuntarse a las clases es cosa de ellas, y de momento no parece que tengan muchas ganas de hacerse a la mar.
La Princesa Leonor y la Infanta Sofía, sin interés por la vela
Resulta llamativo también que no han mostrado interés por las regatas, ya que mientras la Reina Sofía, la Infanta Elena y sus hijos las han seguido en mayor o menor medida, la Reina Letizia y las niñas no han apoyado al Rey en su participación a bordo del Aifos. De sobra es conocido que Doña Letizia no tiene pasión por este deporte, ya que ella proviene de una familia de clase trabajadora a la que determinados deportes elitistas nunca le han interesado. Con el paso del tiempo se ha ido acostumbrado, pero no tiene interés en participar en disciplinas que no le interesan, como le ha ocurrido con el esquí. Asi, no es de extrañar que las dos niñas no tengan muchas ganas de iniciarse en la vela pese al amor de su padre por este deporte.
De todos modos, este año hubo una sorpresa inesperada; el último día de regatas, Doña Letizia y sus hijas se presentaron en el Náutico de Palma para animar al Monarca y ofrecer un posado antes de irse de Mallorca. Además, Leonor y Sofía entraron en el interior de la embarcación para conocer los entresijos del Aifos. Quizás el verano que viene, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía se unan a sus primos paternos en el ya tradicional curso de vela, lo que serviría para reforzar la unión entre los Borbón-Grecia, representaría la continuidad en la práctica de este deporte en la nueva generación de la Famiia Real, y haría muy feliz a la Reina Sofía, que disfruta como nadie de tener a sus nietos juntos.