Desde que estalló la crisis por el coronavirus, su boda comenzó a pender de un hilo, teniendo en cuenta la altísima cantidad de personas que acudiría a la cita, así como la edad de muchos de ellos, sin ir más lejos, la de la Reina Isabel II. Las decisiones en torno a la celebración de esta boda se han ido tomando sobre la marcha y, al final, se ha tenido que tomar la decisión más triste de todas: la cancelación del enlace.
La edición británica de Hola ha confirmado que la boda no tendrá lugar el día 29 de mayo y que deberán buscar una nueva fecha, presumiblemente en el año 2021, para así poder celebrar la ceremonia por todo lo alto que tanto deseaban. Además, el medio People ha conseguido unas declaraciones de un portavoz de la familia y han asegurado que los novios "no están pensando en su boda en este momento. Ya llegará el momento de arreglarlo, pero todavía no".
Una boda llena de problemas
Precisamente por esto, la Princesa canceló la fiesta de compromiso que tenía prevista para el 18 de diciembre, evitando así la expectación en torno a su padre. Tras esto, llegó la crisis del coronavirus y canceló la recepción posterior a la boda que tendría lugar en los jardines del Palacio de Buckingham, así como se planteó celebrar la boda con dos invitados. Finalmente, posponiendo la boda, podrán disfrutar del enlace que tanto desean en la Capilla Real del palacio de St. James y con su posterior recepción, acompañados de todos los familiares y amigos.