Las quejas de los Marqueses
Pese a su linaje y su apellido, su vida transcurre prácticamente en el anonimato, más allá de ser consejera de la Fundación Cultural de la Nobleza Española, aunque tras la catastrófica DANA de octubre de 2024, su nombre ha saltado a los medios. El motivo ha sido su queja porque algunos vecinos afectados por la DANA pasan por su finca de Requena, Valencia.
En la carta remitida se indica que varias personas están pasando por la finca, una propiedad privada, para conectar con los pueblos más cercanos a El Reatillo, debido a que el puente que los comunicaba fue destruido por la DANA. El Marqués de Mairena se queja de que algunas personas atraviesan su finca pese a que la Guardia Civil les dio otra alternativa.
"Los vecinos se encuentran incomunicados por decisión propia al no haber aceptado la evacuación por el helicóptero de la Guardia Civil y que se niegan a trasladarse por el camino público del Reatillo a Siete Aguas ni por el camino público de las Oliveras al Reatillo. Los vecinos de la aldea del Reatillo están transitando por nuestra propiedad con vehículos o a pie y con perros sueltos dentro de un coto de caza privado. Atraviesan, también, parcelas de cultivo. No entendemos este empecinamiento en pasar por nuestra propiedad habiendo dos caminos públicos y no siendo nosotros responsables de ninguna reparación de la vía destruida por la DANA", señala el escrito al que tuvo acceso el citado medio.
Ramón José de la Cierva García-Bermúdez deja claro que "la Propiedad no concede ni ha concedido ningún permiso para que se atraviese nuestra propiedad, ni nos hacemos responsables de cualquier incidente que pueda dar lugar a una responsabilidad o reclamación. El terreno está peligroso, embarrado, inestable. Está inclinado", además de señalar que "la Guardia Civil les indicó el camino de las Oliveras-El Reatillo para que fuese ese camino el que utilizar. Repetidamente desoyen las indicaciones de la Guardia Civil, empecinados en transitar por propiedad privada, y dañando nuestra propiedad, y poniéndose en peligro ellos".
La finca Casa Vieja cuenta con casi dos mil hectáreas de huerta de secano, pinar y monte blanco y se gestiona a través de BORCIER S.A., cuyo administrador único es Ramón José de la Cierva García-Bermúdez, mientras que su esposa, María de Borbón y de Rojas, y sus dos hijos son apoderados. La entidad tiene activos de casi 4 millones de euros.