La Princesa Leonor aprueba con nota
La sesión fue abierta por Luis García Montero, presidente del Instituto Cervantes, que ha dado comienzo a este acto. El Jefe del Estado ha salido inmediatamente después para leer el Preámbulo. Antes de hacerlo, ha expresado su orgullo por que sea la Princesa de Asturias quien continúe con la lectura, además de recordar el compromiso de la Corona con la Carta Magna: "Pocas maneras hay de reafirmar la fidelidad y el compromiso de la Corona con la Democracia, la libertad, con España y con la Constitución".
Finalizada su alocución le ha tocado el turno a la Princesa de Asturias, que ha subido al estrado para leer el Artículo I, donde se había colocado una escalón rojo para que la Heredera llegara al micrófono. Así, en el día de su 13 cumpleaños, la misma edad a la que su padre pronunció su primer discurso en los Premios Príncipe de Asturias, su Heredera ha entonado su primera intervención pública.
"España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político", ha comenzado la Princesa de Asturias. "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado", ha proseguido, para finalizar con el tercer punto: "La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria".
La Princesa de Asturias ha leído con claridad, sin trabarse, sin gallos ni cambios en su voz y demostrando que se ha preparado bien para la tarea que se le ha encomendado. En algunos momentos dejó de mirar el papel para mirar al frente, remarcando determinadas palabras y remarcando que se ha preparado a fondo para la tarea encomendada. El futuro de Doña Leonor pasa por leer numerosos discursos, así que debía estar a la altura, y lo ha hecho.
Lo más curioso fue ver la cara de orgullo de la Reina Letizia, que al escuchar lo bien que ha leído su primogénita, se ha emocionado. Quizás se haya acordado de sus inicios profesionales, donde tenía como ejemplo la perfecta dicción de su abuela paterna, Menchu Álvarez del Valle.