Aunque su salud se había deteriorado y su necesaria operación de espalda le había restado fortaleza para seguir en el trono, y su edad era ya avanzada, hubo quien vio el escándalo de Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova lo que estuvo detrás. Evidentemente nunca dirá directamente si el escándalo fue la causa, pero en su primera entrevista tras el relevo en el trono, sí hubiera sido importante revelar algunos detalles sobre una decisión histórica. No lo hizo, y ha sido decepcionante al no saber por parte de la protagonista, qué le llevó a hacerlo, cómo se lo dijo a su hijo y cómo se preparó todo a contrarreloj.
En la entrevista, Margarita de Dinamarca habló de la visita de sus padres a Alemania, de la que no recuerda el año, pero sí otros detalles: "Mis padres fueron a ver una función de teatro y a cenar con Göring. Había fotografías de ello en las revistas. Mi madre pensaba que Göring era bastante aterrador. Sí, ella realmente pensaba que él era horrible".
Además, los padres de la Reina Margarita estuvieron en Bayreuth, en el sur de Alemania, para asistir a festivales de ópera, donde se representaban óperas del compositor Richard Wagner: "Mi padre amaba mucho a Wagner y estuvo con mi madre en privado en Bayreuth entre 1935 y 1939. No recuerdo el año, pero lo más importante es que mi padre estaba muy feliz de no encontrarse con Hitler. Dijo que afortunadamente Hitler no estuvo allí esa noche. Y la actitud de mis padres no me sorprendió en lo más mínimo. Después de todo, mi madre era medio británica, por lo que no había duda de su posición".
Habló de la caída que sufrió
Por otro lado, habló de lo que más le apena de la edad avanzada: "Lo realmente triste es ver cómo personas que conoces desde hace muchos años empiezan a perder la cabeza. Es muy duro cuando una persona ya no es como solía ser", unas palabras con las que seguro que recuerda a su marido, Enrique de Dinamarca, que sufrió demencia en la última etapa de su vida.
Reconoció que es consciente de su edad, pero que intenta no pensar demasiado en eso porque quiere estar activa y tener cosas que hacer, lo que no fue fácil por los graves problemas de espalda que le llevaron a ser operada en febrero de 2023, y por la caída sufrida en septiembre de 2024, cuando tuvo que ser hospitalizada y volvió a casa con la mano izquierda escayolada y un collarín. Sobre la caída comentó que sucedió en una de las escaleras del Palacio de Fredensborg y que aunque está peor que antes, todavía considera que está bastante bien.