De los 11 nietos que tuvieron Rainiero de Mónaco y Grace Kelly solo tres tienen títulos reales. Por un lado está Jacques de Mónaco, con dignidad de Príncipe y título de Marqués de Baux, y por otro se encuentra Gabriella de Mónaco, que además de Príncesa es Condesa de Carladès. Aparte de ellos solo una de sus primas tiene dignidad principesca. Se trata de Alexandra de Hannover, cuarta hija de Carolina de Mónaco, con derecho a tratamiento real por ser también hija del Príncipe Ernesto de Hannover.
De los vástagos de Carolina de Mónaco es la más discreta, quizás por la elevada exposición mediática que han tenido siempre los Casiraghi o quizás porque debido a su edad todavía no le ha dado mucho tiempo. Sin embargo, según ha ido creciendo ha ido adquiriendo protagonismo más allá de salir al balcón del Palacio Grimaldi a saludar en el Día Nacional de Mónaco.
De todos modos, ha extrañado que se haya atrevido a dar una entrevista, una charla que tuvo con Telva en la que habló de cuestiones personales aunque sin ofrecer detalles sobre la vida de su regia familia paterna ni materna. La Princesa de Hannover, que tiene tratamiento de Alteza Real y también ostenta los títulos de Duquesa de Brunswick y Luneburgo, Princesa de Gran Bretaña e Irlanda, aunque sea de cortesía, acudió a la cita con toda la normalidad posible, sin escolar y acompañada de una amiga. Fue en París, antes de que se decretara el estado de alarma por la pandemia que ha confinado a más de medio mundo.
Recuerda cuando a los 10 años probó a patinar sobre hielo tras haber esquiado y montado a caballo. Le encantó tanto el patinaje que lo practicó hasta que lo aparcó un año antes de acabar el bachillerato debido a que quería centrarse en preparar su acceso a la universidad: "Ha quedado como un aspecto clave de mi vida. Admiro esa mezcla que tiene de componente artístico y de disciplina atlética. Su nivel de exigencia. Tenía, por supuesto, que aparecer cada día en los entrenamientos, pero había algo mejor: saber que nadie podía hacerlo por mí. Al deporte le da igual quién seas o de dónde procedas. Debes esforzarte igual que los demás", recuerda la hija de Carolina de Mónaco.
En cuanto a sus estudios ha revelado que estudia Ciencias Políticas y Filosofía en la Universidad de Nueva York, "pero más con el deseo de nutrirme intelectualmente que con una visión laboral", reconoce, añadiendo que su familia siempre le ha inculcado la importancia de una buena formación. En cuanto a su carrera profesional, apuesta por el arte o la moda: " Creo que sería una gran personal shopper. Compraría para los demás, así que disfrutaría de ese placer pero en un segundo plano, sin sentirme culpable. Me quedaría con la mejor parte".
Le encanta la moda, por eso acude a desfiles y le gusta cogerle ropa a su madre, algo que reconoce que es más sostenible que comprar siempre ropa nueva: " Mi vida es la de cualquier estudiante de mi edad y la universidad me mantiene fuera del foco mediático. Visto acorde con ese estilo de vida. Un buen par de vaqueros, una sudadera, deportivas o mocasines bonitos, Pero tengo que reconocer que cojo muchas cosas del armario de mi madre. No sé si ella está tan contenta como yo con eso".
Una apasionada de Salinger
En relación a sus gustos más allá de la moda y el deporte, asegura que escribe y que le encanta leer. A los 14 años cayó en sus manos ' El guardián entre el centeno ', de J.D. Salinger: "Tuvo tal impacto en mí... Lo leo y releo porque cada vez es mejor". También siente predilección por 'Franny y Zooey', por 'La insoportable levedad del ser' de Milan Kundera. Adora la década de los 50 y 60 en cuanto a moda y música, y siempre ha querido hacer una fiesta temática inspirada en 'Mad Men', pero solo le gustaría a ella y a otra amiga, por lo que de momento no se ha atrevido.
Finalmente asegura que no es consciente de que tenga una voz que sirva para mejorar el mundo y que lo que quiere es una vida normal: "No soy aún del todo consciente de que yo pueda tener una voz. Tampoco de mi condición de princesa, trato de no pensar en ello sin dejar de agradecer, por supuesto, lo privilegiada que he sido. Pero quiero una vida normal ".