La cena de Estado se celebró en el Salón del Baile del Palacio de Buckingham, que volvió a abrir sus puertas para un mandatario internacional después de que no lo hicieran desde 2019. Aquel año, el entonces Presidente Donal Trump y su mujer Melania se desplazaron hasta Reino Unido en visita oficial, un viaje que se recuerda por hacer dejado para la posteridad grandes momentos entre el político y empresario estadounidense y la Reina Isabel II debido a sus faltas de protocolo. Sin embargo, en esta primera recepción oficial de Carlos III y la Reina Camilla a un líder extranjero nada podía salir mal. Su reinado está en proceso de consolidarse y un evento de este calibre es clave para ello.
Desde 1996, un presidente sudafricano no visitaba Reino Unido. Los lazos históricos que unen a ambas naciones quedaron demostrados con la buena sintonía que se pudo apreciar entre el Rey Carlos III y Cyril Ramaphosa, no solo duranta el banquete de estado que se celebró en el Palacio de Buckingham, sino también durante el resto del viaje. Durante las horas previas a la celebración, las redes sociales de la Casa Real británica compartieron la intensa preparación del evento, desde la colocación de los adornos florales en el Salón de Baile hasta los diferentes manjares que se preparaban en las cocinas de palacio para sorprender a los invitados. Sin duda, Buckingham se la jugaba en la primera cena de estado del nuevo Rey y estaba dispuesto a demostrarlo por todos los medios.
Dentro del exquisito menú que pudieron degustar los invitados, destacaba el faisán de Windsor relleno y brill a la parrilla con champiñones silvestres, que seguramente hizo las delicias de todos los comensales reunidos en el Salón de Baile del Palacio de Buckingham. Además, el postre era todo un guiño a la nación sudafricana, pues se trataba de las flores nacionales de Sudáfrica, Protea, realizadas con con azúcar y colorantes comestibles. No obstante, y antes de degustar todo ello, Carlos III y el Presidente de Sudáfrica ofrecieron los tradicionales discursos, con los que quisieron demostrar públicamente las relaciones de amistad que mantienen los dos países.
Duelo de tiaras en el Palacio de Buckingham
La primera jornada de la visita de Estado del Presidente de Sudáfrica a Reino Unido concluyó con la cena en el Palacio de Buckingham, ofrecida por los Reyes Carlos III y Camilla. Sin embargo, a ellos también se unieron otros miembros de la realeza. El Príncipe Guillermo y su esposa, Kate Middleton, el Conde y la Condesa de Wessex, el Duque y la Duquesa de Gloucester, y el Duque de Kent no quisieron faltar a la cita. Igualmente, algunas de las damas de honor de la difunta Reina Isabel II también estuvieron entre los cerca de 170 invitados, destacando Lady Susan Hussey, una de las invitadas que acudieron al banque luciendo tiara, concretamente la Waldegrave.
Una de las grandes sorpresas de la noche la escondía la Reina Camilla, que se estrenaba también en este tipo de cenas de Estado como consorte del Monarca británico. Concretamente, la expectación era máxima por conocer la tiara que luciría para la ocasión, ahora que como Reina consorte ya puede utilizar libremente todas las joyas del preciado y fastuosos tesoro de la Corona británica. Rescató la tiara de zafiros belgas, una de las que más lució Isabel II hasta la década de 1990 y que lució por última vez en la cena en honor al Presidente de China en 2015. Camilla completó su look con el collar de la colección de zafiros de Jorge VI y estrenando nuevos pendientes, realzando su vestido de gala de color azul.
Por su parte, Kate Middleton, que se estrenaba como flamante Princesa de Gales en la primera cena de Estado del reinado de su suegro, se decantaba por la tiara Lover's Knot de la Reina María, que es una de sus favoritas. Sin embargo, quiso hacer un guiño a su antecesora, la Princesa Diana de Gales, con la elección de sus pendientes; se trataba de los aretes de perlas del mar del sur que un día pertenecieron a la madre de su esposo, el Príncipe Guillermo, y que le hicieron brillar en una noche tan especial para la Familia Real británica. Además, se decantó por un vestido largo blanco de gala con capa, como si de una auténtica reina se tratase, haciendo la competencia a Camilla.