Sin embargo, la preocupación por su madre permanece. Cuando estuvo en la cárcel le angustiaba que Claire Liebaert sufriera por él, y desde que salió de ella y se instaló en Vitoria, le preocupa que le ocurra algo. Es mayor, está delicada de salud y quiere que esté lo más protegida posible y que no tenga que sufrir percance alguno.
Iñaki Urdangarin llevaba de la mano a Claire Liebaert, algo que en una de las salidas también hizo Irene Urdangarin. Dejó que se sentara en el asiento del copiloto de la furgoneta, donde a buen seguro iba más cómoda, e intentó que estuviera tranquila en todo momento.
Cuando todo acabó, madre e hijo se desplazaron al aeropuerto de Ginebra, que se encuentra muy cerca de la ciudad. Allí se vio a Urdangarin llevando su maleta y la de su madre, ambas de ruedas, aunque quizás para caminar más segura, Claire Liebaert llevaba agarrada una de ellas. En el aeropuerto suizo pudieron caminar más tranquilos, pero a su llegada al de Madrid, la cosa cambió.
La prensa esperaba llegadas de los Urdangarin o de los Borbón y allí se encontró a Iñaki Urdangarin y a su madre. Evidentemente no les hizo demasiada gracia, aunque mientras Claire Liebaert estaba más sonriente, el exjugador de balonmano se mostró más serio. No contestó a las preguntas, aunque dio las gracias, y sobre todo dejó claro a los reporteros y cámaras que debían tener cuidado con su madre. De hecho, les pidió por favor que tuvieran cuidado con ella para evitar que pudiera tropezar con los cables y se cayera. Esa era su verdadera preocupación tras la graduación de Irene Urdangarin, que su madre estuviera bien y no le pasara nada.
Por lo demás, Iñaki Urdangarin está más tranquilo tras haber pasado el trago del reencuentro familiar. Ha vuelto a ver a los Reyes Juan Carlos y Sofía, a la Infanta Elena, a Froilán y Victoria Federica. Se evitó la imagen de los Reyes Eméritos con Urdangarin, que se sentaron separados en la graduación. De hecho, como mostró Informalia, a Juan Carlos de Borbón y a Doña Sofía les colocaron en un lugar preeminente, mientras que la Infanta Cristina y sus hijos se sentaron en la primera fila, quedándose Iñaki Urdangarin en la segunda.
Una breve conversación con el Rey Juan Carlos
Lo que sí hubo fue acercamiento privado. Como desveló Paloma García Pelayo en 'El Programa de AR', Urdangarin se acercó al que fue su suegro y le preguntó por cómo estaba de salud. El Rey Emérito le dijo que estaba bien, pero algo aburrido en Abu Dabi. La conversación, corta y un tanto tensa, terminó cuando uno de los nietos se acercó a ellos, dando así por finalizado este acercamiento.