A pesar de que la justicia británica no tomará más medidas, el Príncipe Andrés aún se enfrenta a una demanda en Estados Unidos.
El 11 de octubre de 2021 se ha conocido la decisión de la Policía Metropolitana de Londres de cesar las investigaciones al Duque de York por la presunta violación a Virginia Giuffre cuando tenía 17 años. El cese del procedimiento solo afecta al Reino Unido, por lo que el Príncipe Andrés aún se enfrenta a la demanda civil interpuesta por Giuffre en Estados Unidos.
La Policía Metropolitana había examinado las acusaciones de Virginia Giuffre contra el Príncipe Andrés, pero no abrió una investigación completa hasta que se presentaron cargos en Estados Unidos al considerar que el caso era un asunto de las autoridades estadounidenses.A pesar de que cuando se presentaron los cargos, una comisaria de la MET aseguró que "nadie está por encima de la ley", finalmente un portavoz del mismo cuerpo confirmó que la investigación había concluido y que no se iba a tomar "ninguna otra medida".
En la demanda, Giuffre asegura que fue obligada por amenazas expresas o implícitas por parte de Epstein, responsable de una red de tráfico de menores, Ghislaine Maxwell, presunta captadora de las esclavas sexuales de la red de Epstein, y el Príncipe Andrés a tener encuentros sexuales con el Duque de York.Virginia Giuffre temía por su vida
Virginia Giuffre, asegura también que temía por su vida, cree que podrían haberla matado o dañado fuertemente de cualquier forma, al ser los acusados personas ricas, influyentes y con autoridad. Sin embargo, el Príncipe Andrés ha negado con vehemencia las acusaciones de Giuffre en multitud de ocasiones, llegando incluso a negar conocer personalmente a la acusadora, a pesar de que existen pruebas documentales que así lo demuestran.
Por su parte, el Duque de York se retiró de los actos oficiales en noviembre de 2019 tras una entrevista sobre su relación con Epstein para Newsnight. La Familia Real británica le prohibió volver a presentar a la Corona, ya que dentro de su propia familia lo consideran 'peligroso' para la imagen de la Monarquía. A pesar de ello, la Reina Isabel, sigue costeando la defensa de su hijo Andrés en esta batalla legal.