El exjugador de balonmano aprovecha su semilibertad disfrutando de planes con su madre, con la que reside en la capital alavesa.
Iñaki Urdangarin no es todavía un hombre libre, aunque mucho ha cambiado su situación desde aquel 18 de junio de 2018 en el que entró en la cárcel de Brieva para cumplir su condena de 5 años y 10 meses que le había caído por el Caso Nóos. Los muros de aquel centro penitenciario quedaron atrás desde enero de 2021, cuando pudo ser trasladado al Centro de Inserción Social Melchor Rodríguez García de Alcalá de Henares.
No tardó en obtener otra mejora al poder mudarse a Vitoria, donde viven su madre y otros familiares cercanos. Tenía que dormir entre semana en la cárcel de Zaballa, pudiendo pernoctar el resto de noches en casa de su madre, donde pasaba también el tiempo cuando no estaba trabajando en el bufete de abogados Imaz & Asociados de la capital alavesa. Y después logró dar un paso más y ha conseguido solo tener que ir un día a la semana a la cárcel, pudiendo pasar el resto del tiempo en casa de su madre.Claire Liebaert e Iñaki Urdangarin siempre han estado muy unidos, pero lo están todavía más desde que la adversidad se instaló en la vida del marido de la Infanta Cristina. Como madre, la belga fue una de las personas que más sufrió por los problemas judiciales de Iñaki Urdangarin, y se alegró mucho cuando su hijo se instaló en su casa vitoriana.
En el concierto de The Jayhawks
En esa casa pasan mucho tiempo juntos, pero también han decidido salir un poco. Así, como señala Gasteiz Hoy, madre e hijo disfrutaron del concierto de The Jayhawks el domingo 18 de junio de 2021. Urdangarin y Liebaert acudieron al Iradier Arena para disfrutar de este recital que se enmarca en el ciclo Kultura Bizia.
El marido de la Infanta Cristina no logró pasar desapercibido, pero lo cierto es que ha conseguido lo que parecía imposible: que apenas nadie se fije en él. Después de la expectación que causó su traslado a Vitoria y sus primeros días de trabajo en la capital de Euskadi, poco a poco el interés mediático fue decayendo, recuperándose de forma concreta en algunos momentos.