Por amor, la Infanta Cristina le siguió a Washington en 2009, y donde hiciera falta. Los seis eran la viva imagen de la felicidad. Parecían tenerlo todo, pero ese todo saltó por los aires con el escándalo del Caso Nóos en 2011. Ya nada volvió a ser como antes, y de hecho se descubrió una infidelidad de Iñaki a Cristina que ella le perdonó. En 2012 llegó la vuelta a Barcelona, en 2013 se fueron a Suiza y en 2016, el juicio de ambos. Ella salió absuelta y él condenado, y tras recurrir al Supremo logró una rebaja de la condena, pero no evitó que entrara en la cárcel el 18 de junio de 2018.
Lo que la Infanta Cristina no imaginó
La Infanta Cristina nunca pensó en dejar a su marido. Las presiones para que se divorciara, muy importantes por parte del Rey Juan Carlos, no surtieron efecto. Ella estaba enamorada, le quería, le creía y no iba a dejarle en sus peores momentos. Se enfrentó a su familia por él, encadenó su destino al suyo, y lo hizo sin mirar atrás. Sin embargo, cuando se acercaba la libertad condicional y otra posible oportunidad para Cristina de Borbón y el exjugador de balonmano, todo saltó por los aires.
El 19 de enero de 2022 se publicaron en Lecturas unas imágenes de Iñaki Urdangarin paseando por la playa con una mujer que no era la Infanta Cristina. Ambos caminaban de la mano y mostraban una complicidad que dejaba claro que no era una familiar o amiga. Era algo más. La mujer se llamaba Ainhoa Armentia y era su compañera de despacho. Llevaban juntos unos meses y quizás pensaron que en una playa francesa nadie les reconocería. Pero se equivocaron. Tras el escándalo llegó el comunicado de separación, y pronto comenzaron los trámites de un divorcio inevitable.
De ello hablamos con Pilar Eyre en una entrevista que puedes ver aquí, que cuando recibió la noticia de que había un material comprometedor de Iñaki Urdangarin no se lo podía creer. Preguntada por esta historia, no duda en sacar la cara por la Infanta Cristina y en criticar a Iñaki Urdangarin por su comportamiento: "La Infanta Cristina me da pena. La gente que tiene dinero y poder también son desgraciados, sufren, tienen depresiones y los humillan. Si no, solo los pobres tendrían sentimientos. Es una gran perdedora. Apostó todo a su matrimonio, se alejó de su familia, sacrificó muchas cosas por Iñaki y él la humilló públicamente. El comportamiento de Iñaki Urdangarin ha sido frívolo e irresponsable y me da mucha pena", señaló la autora de 'Cuando éramos ayer'.