Que la relación entre el Príncipe Harry y Meghan Markle y la Casa Real Británica ha sido y es tensa no es ningún secreto. El Duque y la Duquesa de Sussex tenían unas reivindicaciones y una forma de trabajar que no siempre era bienvenida. Además, se sintieron desprotegidos ante determinada prensa y notaron cierto trato de favor hacia unos, nunca hacia ellos. Todo eso y mucho más les llevó a repensar su papel dentro de la Institución. Sin embargo, la Casa Real Británica fue inflexible: o todo o nada. Decidieron elegir nada y tomar otro camino.
Antes de todo eso hubo más cosas. La periodista Camilla Tominey de The Telegraph señaló en el documental de ITV 'Harry and William: What Went Wrong?' que el Príncipe Harry y Meghan Markle quería tener su propia oficina de prensa, algo con lo que sí podían contar los Duques de Cambridge. Con la salida de los Sussex de Kensington Palace, el Príncipe Harry y Meghan Markle pasaron a depender del paraguas de Buckingham Palace, algo que no se tomaron demasiado bien.
Habrían sido la Reina Isabel y el Príncipe Carlos los que se negaron, señalando que no les darían todo el control como ellos deseaban. El Príncipe Harry y Meghan Markle lo vieron como un agravio comparativo que se fue sumando a todo lo que ya tenían encima. Lo que pasó después, ya se sabe, igual que se conoce que los Duques de Sussex no se han arrepentido ni una sola vez de su decisión de abandonar la Casa Real Británica.
Misión compartida
Pero hay más. Tampoco es un secreto que ya antes de que Meghan Markle apareciera en la vida del Príncipe Harry, él ya sentía cierta frustración. Tuvo que lidiar con problemas de salud mental, no llevaba bien la excesiva atención mediática y tampoco se sentía a gusto con sus deberes oficiales. Una de sus etapas más felices fue cuando estuvo en el Ejército. Cuando regresaba a la vida civil, le encargaban todos los compromisos posibles pensando que se lo tomaría como una muestra de confianza. No era así.
La citada periodista señala que el Príncipe Harry quería ya marcar la diferencia y ejercer un impacto, sobre todo siendo consciente de su papel secundario al tener por delante a los Cambridge. Quería hacer las cosas de otro modo, y en parte lo consiguió. En ese sentido podía contar con el apoyo del Príncipe Guillermo, que también se ha caracterizado por ser un royal diferente. Cuando llegó Meghan Markle a su vida, ambos se dieron cuenta de que pensaban lo mismo y se pusieron manos a la obra. No lograron sus objetivos dentro de la Casa Real Británica, pero trabajan para hacerlo fuera de ella.