El Príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron el 8 de enero de 2020 su intención de dejar de representar a la Corona a tiempo completo, su deseo de renunciar al Sovereign Grant, ser económicamente independientes y vivir entre Reino Unido y Norteamérica. La Cumbre de Sandringham celebrada cinco días más tarde dio como resultado que el 18 de enero se comunicara que los Duques de Sussex saldrían de la Casa Real Británica a todos los efectos, con todo lo que eso conlleva. La Corona optaba por un Sussexit duro. O todo, o nada.
Su marcha de la Casa Real Británica implica una pérdida de honores y responsabilidades, sobre todo para él, pero se les ha permitido seguir siendo patrones de las entidades que ya apoyaban e incluso mantienen sus cargos como presidente (Harry) y vicepresidenta (Meghan) de The Queen's Commonwealth Trust. Quizás por eso, y teniendo en cuenta de que se han ido a vivir a Canadá y que era su deseo servir a la Commonwealth, la Reina ha solicitado al Príncipe Harry y Meghan Markle que viajen a Londres para asistir a los actos por el Día de la Commonwealth, que se celebra el segundo lunes de marzo de cada año.
De acuerdo a The Times, la Monarca quiere que su nieto y la esposa de este se unan al resto de los miembros de la Familia Real Británica que van a asistir. Sería el momento de ver el reencuentro entre los Duques de Sussex y los demás Windsor, un día para ver el compromiso del Príncipe Harry y Meghan con la Commonwealth y para dejar claro que no han dejado a la Familia Real, a su familia, atrás.
Esa invitación sirve también para que todos puedan verse en privado y disfruten de Archie, al que los Windsor apenas han visto. Nacido el 6 de mayo de 2019 en Londres, pasó los primeros meses de su vida en Reino Unido, pero desde que los Sussex se marcharon seis semanas a Canadá a finales de 2019 para tomarse un descanso extendido, el cuarto nieto del Príncipe de Gales no ha vuelto a ver a su familia paterna, o al menos no ha trascendido.
Mayor presencia de las Princesas de York
Si esta petición de la Reina Isabel a su cuarto nieto es llamativa, más lo es la que la Monarca ha hecho a su quinta y a su sexta nieta. Después de tanto tiempo de insistencia con que Beatriz y Eugenia de York eran princesas de sangre, pero no representaban a la Corona y no se esperaba que lo hicieran en el futuro, Isabel II quiere contar con ellas para cubrir huecos que se han quedado libres ahora que los Sussex ya no trabajan al servicio de la Jefatura del Estado.
Pese al enfado del Duque de York, que quería mayor estatus para sus dos hijas en un afán por perpetuar un poder que terminaría con la muerte de la Reina Isabel, el Príncipe Carlos deseaba una Casa Real Británica reducida que le incluía a él mismo, a Camilla Parker, a sus hijos, nueras y nietos. El Sussexit rompió sus planes, y quizás al darse cuenta de que necesitan miembros trabajadores para la Corona, no ha puesto objeción a la idea de la Reina de contar más con la Princesa Beatriz y la Princesa Eugenia. Además, pese a sus desavenencias con su hermano, siente verdadera simpatía por sus sobrinas.
La Monarca desea que sus nietas estén más presentes, algo que quizás no casa con el estilo de vida de ambas. En su momento, las Princesas de York hubieran deseado dedicarse a servir a la Corona a tiempo completo, sin embargo, al dejarles claro que no iba a ser así, se formaron para desarrollar sus propias carreras profesionales, respetando su pertenencia a la Familia Real Británica y acudiendo a determinados actos como garden parties, Trooping the Colour y otros eventos de similares características.
Si tuvieran que dar un paso al frente por deseo de la Reina, a la que respetan y siempre han querido servir, lo harían, pero quizás no sería demasiado prudente que dejaran sus carreras por la Corona, teniendo en cuenta que Isabel II está en sus últimos años de vida, y por tanto, de reinado.