Galería: La Familia Real Española en imágenes
Durante los dos últimos siglos, el joyero de la Familia Real española ha ido mermando paulatinamente debido a la delicada situación que ha atravesado la Monarquía durante este período. Conflictos armados, proclamaciones de República o exilios han sido los culpables de que buena parte de las joyas que un día estuvieron en manos de reinas, princesas e infantas hayan acabado en casas de subastas y, con ello, perdiendo su función primitiva: engrandecer el poder de la Corona a través de sus perlas, esmeraldas o brillantes en los grandes acontecimientos de Estado.
Precisamente, el 26 de octubre de 2022 se dio a conocer la noticia de que la casa de subastas Sotheby's había iniciado el proceso para adjudicar un par de pendientes de perlas naturales y diamantes de la segunda mitad del siglo XIX. Gracias al trabajo que diariamente realizan desde la cuenta de Instagram 'Spanishroyaljewels', se pudo saber que verdaderamente se trataba de unas piezas que un día lucieron en las orejas de la Infanta Isabel de Borbón, más conocida como 'La Chata'. Hija de la Reina Isabel II de España, se trata de uno de los personajes históricos más fascinantes de la historia reciente del país, que fue dos veces Princesa de Asturias y uno de los miembros de la Dinastía Borbón más queridos de todos los tiempos.
Los pendientes están formados, cada uno de ellos, por dos perlas naturales y diamantes rosados y estuvieron durando años en el joyero personal de la Infanta Isabel de Borbón, hasta que se los terminó regalando a su cuñada, la Princesa María Antonieta Borbón-Dos Sicilias, siendo entonces cuando se les perdió la pista porque se alejaron del espectro de la Familia Real española. Además, estas joyas podrían ser las mismas que luce la hija de Isabel II en el retrato firmado por Vicente Palmaroli en 1866, que forma parte de la colección pictórica de Patrimonio Nacional.
Los pendientes que podría haber lucido Letizia
La subasta de los pendientes de la Infanta Isabel de Borbón se celebró el 9 de noviembre de 2022 en la sede de Sotheby's de Ginebra. La casa describía las piezas como " Par de pendientes de perlas naturales y diamantes, segunda mitad del siglo XIX. Anteriormente parte de la colección de la Infanta Isabel de Borbón de España, Condesa de Gigenti. Cada corona está engastada con una perla natural en forma de botón, que sostiene un colgante desmontable engastado con una perla natural ligeramente barroca en forma de gota, rematada con diamantes talla rosa, con poste desmontable ". Además, acompañaban la descripción con una imagen en la que la propia hija de Isabel II lucía los mismos.
Aunque Sotheby's estimaba que el precio de venta podría oscilar entre los 28.000€ y los 32.000€, finalmente los pendientes han sido adjudicados en 65.000 francos suizos, lo que equivale aproximadamente a 66.000€. Hubiera sido una gran oportunidad para que la Casa Real española recuperase para el joyero real estas alhajas, incrementando así su patrimonio histórico. No obstante, desde que Felipe VI llegase al trono, no acostumbran a llevar a cabo este tipo de operaciones, a diferencia de Juan Carlos I. El Rey emérito compró a su tía, la Infanta María Cristina, la Tiara Cartier, y a su hermana, la Infanta Pilar, la Tiara Rusa, que pertenecieron respectivamente a las reinas Victoria Eugenia y María Cristina. En 2012, dos años antes de abdicar, trató de repetir la estrategia con la tiara de aguamarinas de la esposa de Alfonso XIII que obra en poder de sus primas Sandra y Olimpia Torlonia, pero la negociación no tuvo éxito.
No obstante, hay que recordar que en el guardajoyas de la Reina Letizia se conserva una de las tiaras que perteneció a la propia Infanta Isabel de Borbón y Borbón cuyos pendientes se han subastado en Ginebra. Se trata de la diadema Mellerio, también conocida como de las conchas o de La Chata, en honor de su primera propietaria, un regalo que la Reina Isabel II hizo a su hija con motivo de su boda con Cayetano de Borbón-Dos Sicilias y que solo se ha visto sobre la cabeza de la consorte de Felipe VI en una ocasión, en 2007, cuando todavía era Princesa de Asturias. Por su parte, doña Sofía ha lucido en más ocasiones esta tiara, la más antigua de todas las que conserva la Familia Real española.