El sobrino de la Reina de Suecia, sospechoso de haber pagado a cambio de sexo en un salón de masajes de Estocolmo, ha desmentido su participación en los hechos.
La Familia Real Sueca se ha visto envuelta en un escándalo después de que el sobrino de la Reina Silvia fuera acusado de haber pagado por tener sexo. Patrick Sommerlath se convirtió en sospechoso de un caso de compra de sexo en el salón de masajes Óstermalm de Estocolmo. Las sospechas llegaron después de que realizara varios pagos a través de Swish, el primero de 250 coronas y el segundo, solo una hora después con 1000 coronas más.
Según el fiscal, el pago extra sería el indicador de que realizó una compra por sexo, algo que Patrick Sommerlath negó en el interrogatorio y volvió a negar en una entrevista con el medio Svensk Damtidning. "Yo no he cometido ese delito. Se lo he explicado a la policía", dijo el sospechoso durante la conversación. Y es que, según contó el sobrino de la Reina Silvia de Suecia, los pagos tendrían que ver con la compra de productos para sus dolores crónicos de espalda, como una almohada ergonómica o un aceite de masaje procedente de Tailandia."¿Quiso decir que había pruebas contundentes en mi contra cuando lo único que pudieron plantear es un pago doble que usted elige interpretar de determinada manera? Supuestamente tienen cientos de llamadas sospechosas, residuos de semen, dobles golpes repetidos, un libro de contabilidad interno que habla sobre estos pagos por tener sexo", indicó el sospechoso durante la entrevista poniendo en duda que existieran pruebas y que le señalaran solo por los pagos.
La Reina Silvia de Suecia no se pronuncia
Su justificación no termina de convencer a la policía, ya que el salón al que acudió estaba vigilado. De todos modos, no han podido encontrarle. Según se cree, Patrick Sommerlath se habría escondido dentro del Palacio de Drottningholm porque cuando la policía fue a registrar la casa para localizarle, no le encontraron en el lugar en el que vive.
Frente a las dudas de si Patrick Sommerlath estuvo escondido para no ser encontrado por los policías, la Reina Silvia de Suecia ha dejado claro que no va a hablar al respecto. A la salida de un evento en Estocolmo, le preguntaron sobre el tema y varios asistentes exclamaron en alto que no, tratando de que no respondiera.