Lo que presenció Konstantin de Bulgaria
En este primer episodio se recuerda la pasión del entonces Príncipe Felipe por la astronomía, y no tanto por sus estudios. En aquellos años de adolescencia no era un modélico estudiante, le faltaban rigidez y disciplina y se distraía demasiado. Poco a poco se fue formalizando hasta convertirse en lo que se esperaba de él como Príncipe de Asturias primero y como Rey de España después, pero por el camino tuvo muchas lecciones que aprender.
Una de ellas fue contada por Konstantin de Bulgaria, cuarto de los cinco hijos del Rey Simeón de Bulgaria. Los Reyes de Bulgaria son buenos amigos de los Reyes Juan Carlos y Sofía y traspasaron su amistad a sus respectivos hijos, que tienen todos más o menos las mismas edades. Felipe VI se hizo amigo de todos ellos, pero sobre todo del Príncipe de Vidin, que solo tiene unos meses más que él. Como prueba de esa amistad, el hijo del último Rey de Bulgaria es padrino de la Infanta Sofía.
Una de esas veces, cuando eran adolescentes, vieron unas motos de motocross y decidieron dar una vuelta por el perímetro de La Zarzuela. Era invierno y se les hizo de noche pronto, y saliendo de un camino se encontraron a una patrulla de la Guardia Real que les paró y les dio instrucciones de que el Príncipe de Asturias debía volver al Palacio de La Zarzuela. Al llegar allí les esperaba la Reina Sofía. Don Felipe le preguntó que qué pasaba, y Doña Sofía contestó que no había avisado de que se había ido a dar una vuelta. El Heredero, que aprendió que esa condición limitaba sus deseos y sus movimientos, no entendía por qué tenía que hacerlo si ni siquiera había salido del recinto, ante lo que la Reina Sofía le espetó una frase que le sirvió de lección para entender quién era: "No te olvides de que tú no eres solo tú, sino que te acompañan muchas cosas. Tú no tienes la misma libertad que pueda tener cualquier otra persona. Si no lo has entendido a estas alturas, mal vamos".