Tiempo antes de su muerte, el Duque de Edimburgo realizó una propuesta a la Reina Isabel que ella aceptó.
No es la Reina Isabel una mujer que exteriorice mucho sus sentimientos. Eso sí, tampoco se puede decir que esconda la sonrisa. Lo que no hace es llorar, aunque sí se ha mostrado emocionada en algunas ocasiones y ha derramado unas pocas lágrimas.
Así ocurrió en el funeral del Duque de Edimburgo, ese momento en el que estaba rodeada por casi 30 familiares, pero sentada sola debido a la pandemia. Y así volvió a pasar, de forma más sutil, en el homenaje al Príncipe Felipe que se celebró el 29 de marzo de 2022 en la Abadía de Westminster casi un año después de su muerte.Mientras la emoción de la Princesa Beatriz de York se notó más, tanto que se colocó el programa del servicio de Acción de Gracias ante la cara para que no se le viera llorar, a la Reina Isabel se le escapó alguna lágrima que evidencia que por muy estoica que pudiera estar, por muy fuerte que quiera parecer, echa mucho de menos al que fue su marido durante 73 años y al consorte en el que sostuvo su reinado durante casi 70.
Además, puede que llamara la atención que la Monarca retomara poco después del fallecimiento del Duque de Edimburgo sus compromisos telemáticos, donde se quitó el luto y lució una sonrisa. ¿Quiere decir eso que no le dolía tanto la muerte del Príncipe Felipe? Nada más lejos de la realidad. Lo primero es que cada persona lo asume de forma distinta y no hay que juzgar las actitudes a este respecto. Pero hay más, y es la existencia de un pacto entre la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo.Una promesa cumplida
Ambos se hicieron una promesa, una idea que tuvo el Príncipe Felipe, consciente de que a su avanzada edad ya poco tiempo podía quedarle a él, o incluso a ella. Como señaló Richard Kay en Daily Mail, ambos acordaron que el que sobreviviera al otro podría llorar la pérdida, pero no demasiado tiempo para así centrarse en disfrutar de la vida que le pudiera quedar por delante.
Y así ocurrió. El Duque de Edimburgo murió el 9 de abril de 2021 a los 99 años. Lo hizo en Windsor Castle, donde había pasado casi el último año de su vida a excepción de su estancia en Balmoral y Wood Farm con la Reina Isabel y del mes que estuvo ingresado pocas semanas antes de su fallecimiento. A la Reina le quedó al menos el consuelo de haber pasado con el Duque de Edimburgo los últimos meses de su vida y por supuesto respetó su pacto, si bien siempre le echa de menos y no pierde ocasión para rendirle homenaje públicamente.