Claire Liebaert ha sido la única persona de la familia de Iñaki Urdangarin que ha acudido a visitarle en estos primeros días recluido en el centro penitenciario de Brieva. Su madre no tiene que rendir cuentas a la Familia Real, así que ha ido cuando ha podido y le han permitido desde la cárcel.
Otra cosa muy distinta ocurre en el caso de la Infanta Cristina. Casa Real no quiere que ofrezca la foto más buscada, que será la que protagonizará cuando vaya a Brieva a ver a su marido. Sin embargo, todo apunta a que ella va a desobedecer, y así ha sido.
Con la cabeza bien alta
Como revela Pilar Eyre en su blog, la pareja habría llegado a un pacto. Ese acuerdo incluía que nada de visitas el primer fin de semana. Iba a estar lleno de prensa, como así ha sido, por lo que decidieron que era mejor esperar. ¿Hasta cuándo?
Es difícil que Cristina de Borbón evite ser fotografiada, ya que la prensa sigue apostada en Brieva y no se va a ir hasta que aparezca por el centro penitenciario. Sí, pero no era imposible, ya que haciendo valer la necesidad de una seguridad especial por ser Infanta de España podría acceder en coche, aunque tendría que ser la Guardia Civil y la dirección del centro penitenciario los que dieran el sí y evitaran una foto directa. Para suerte de Cristina de Borbón, así ha sido.
La Infanta Cristina sigue creyendo que su marido es inocente y quiere dejarse ver con la cabeza bien alta, por lo que es posible que haya imagen de la Infanta entrando a pie, como una ciudadana más y mostrando todo su respaldo al amor de su vida, al menos más adelante. Lo cierto es que el pacto, si existió, se ha roto, ya que la Infanta Cristina acudió a la cárcel el 24 de junio.