Lo partidos de Pablo Urdangarin son un punto de unión para la familia, porque siempre que pueden ya sea su madre, sus hermanos o su padre se cuelan en las gradas. La que suele ser su máxima admiradora es la Infanta Cristina, quien es vista en muchas ocasiones en compañía de Johanna Zott, novia de su hijo. También el Rey Juan Carlos en una de sus visitas a España no dudó en ir a ver jugar a su nieto, y ahora la que ha sorprendido ha sido la Reina Sofía.
Pocos días después de que sus hermanos Miguel y Juan acudieran a verle junto a la Infanta Cristina, ahora ha sido su abuela la que no ha querido perderse uno de sus partidos para sorpresa de muchos, incluso del protagonista. El sábado 21 de diciembre, Pablo Urdangarin volvió a jugar en la localidad de Guadalajara, con el Fraikin GM Granollers, que se enfrentó al Impulse BM Guadalajara, ahí estuvo la Reina Sofía, quien viajó a dicho lugar junto a su hija.
La presencia de su abuela en las gradas emocionó a Pablo Urdangarin, y ambos intercambiaron gestos de cariño y complicidad. Desde las gradas se pudo ver cómo la Reina Sofía no dudaba en saludar a su nieto con una sonrisa, lanzándole un beso lleno de cariño. Sin duda alguna esta aparición fue de lo más inesperada, pero se pudo comprobar que el hijo de la Infanta Cristina tiene una relación muy especial con su abuela.
Tras finalizar el partido, Pablo Urdangarin acudió corriendo hacia donde estaban su abuela y su madre. En todo momento se mostró muy cariñosos con la Reina Sofía, atento a sus movimientos y agarrándola del brazo para que bajara las escaleras de la mejor manera posible. Asimismo, la Emérita no dudó en mostrarse también muy cercana con el equipo de su nieto, porque saludó tanto a sus compañeros como a sus entrenadores una vez terminó el encuentro deportivo.
Muy arropado por los suyos
Después este momento tan emotivo y familiar, la Reina Sofía se marchó junto a su hija en un coche. Sin duda alguna a Pablo Urdangarin esta visita le hizo mucha ilusión, porque la sonrisa no se borró en ningún momento de su rostro. Está claro que cuenta con el apoyo de los suyos y que siempre que pueden van a verle para arroparle y animarle a viva voz.