Don Juan Carlos pasó solo esa noche y a la hora de entrar en quirófano no había ningún miembro de la Familia Real ni de la Familia del Rey junto a él, o si estuvo alguien, fue discreto. Antes de que se ofreciera el primer parte médico se presentaron el Rey Felipe y la Reina Sofía, que aparecieron sonrientes pero sin mucha información.
El lunes 26 de agosto se produjo la aparición más esperada: llegaron la Infanta Cristina con sus hijos Juan, Miguel e Irene. Los Urdangarin de Borbón, poco dados a dejarse ver públicamente, fueron toda una revolución, sobre todo al ver lo que han cambiado Miguel e Irene Urdangarin. El día más concurrido fue el 27, cuando estuvieron la Infanta Elena y sus hijos, la Infanta Cristina y por fin llegaron los Reyes Felipe y Letizia con la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.
Entre visitas de la Reina Sofía, que fue la más presente, volvieron los Reyes con sus hijas, aunque Don Felipe fue un día con la Infanta Sofía, y la Reina Letizia llevó a la Princesa de Asturias el día antes de que el Rey Juan Carlos recibiera el alta. Juan Carlos de Borbón regresó a La Zarzuela una semana después de su intervención, y aunque no se marchó solo, no le acompañó nadie de su Real Familia.
Los Borbón y Grecia no están tan mal avenidos
Después de tanto ir y venir, hay cosas que han quedado claras. La primera es que la Reina Sofía ha querido mostrar su compromiso con el Rey Juan Carlos siendo la que más le visita. Hay quien le ha criticado por despegarse de su cama y no quedarse a dormir noche tras noche, pero aparte de tener sus razones para no hacerlo, es poco creíble que el Rey Juan Carlos quisiera tenerla todo el día allí.
Una cosa es que estén felizmente reconciliados públicamente y que en privado tengan más sintonía, y otra que funcionen como matrimonio bien avenido cien por cien. Por otro lado, Doña Sofía ha querido enseñar públicamente a su núcleo duro, a esas personas de su misma generación que tan importantes son para ella, y con las que además del parentesco, les une una amistad.
Los hermanos no han querido coincidir, y si bien no pasa nada si la Infanta Elena comparte espacio con el Rey Felipe o la Infanta Cristina, ellos dos sí que no pueden verse las caras más de lo necesario. Precisamente Cristina de Borbón tuvo que salir de la clínica unos de los días que fue porque le avisaron de que venían los Reyes y sus hijas, así que se marchó para no volver, ya había tiempo para ver a su padre en La Zarzuela.
Los primos no coincidieron, y aunque hubiera sido un buen momento para ver la sintonía entre ellos, se decidió que era mejor que fueran por familias: los Urdangarin por un lado, los Marichalar por otro y las Borbón por su parte. Eso sí, como señala Vanitatis hubo tiempo para el esparcimiento real en privado con un almuerzo en La Zarzuela al que no asistieron la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, y con una fiesta nocturna en la que sí estuvieron todos salvo Pablo Urdangarin, que milita en los juveniles del HBC Nantes y no ha podido viajar a España para visitar a su abuelo. De todos modos, por mucho que se diga que la Princesa Leonor e Irene Urdangarin sean muy amigas, las pruebas gráficas ponen de manifiesto que las que son íntimas son Victoria Federica e Irene Urdangarin.
Así, aunque las relaciones entre los Borbón y Grecia distan mucho de ser idílicas, en esos días en los que el Rey Juan Carlos estaba ingresado no solo ha habido una gran exposición mediática para ellos, sino que se ha puesto de manifiesto que tal mal no se llevan. Bueno, y también que la Princesa Leonor necesita seguir soltándose para hablar ante los medios de comunicación. Todavía tiene tiempo.