Parece una obligación que no siempre se toma con gusto, pero no. Al menos asegura The Sun, que publica que la Reina ofreció al Príncipe Harry y Meghan Markle la posibilidad de dar un título o de no dárselo. Si la pareja hubiera rechazado la petición de la Monarca, hubieran podido tener más libertad, sobre todo en el caso de la que desde el 19 de mayo de 2018 es Duquesa de Sussex.
El Príncipe Harry y Meghan Markle quisieron seguir adelante con lo que todo el mundo esperaba de ellos. Así, la estadounidense se convirtió en Alteza Real y asumió como consorte los tres títulos que la Monarca otorgó al Príncipe Harry: Duque de Sussex, Conde de Dumbarton y Barón Kilkeel.
Tales honores fueron aparejados de una enorme responsabilidad: la de servir a la Corona, a la Reina y a Reino Unido y la Commonwealth a tiempo completo y para toda la vida. Sin embargo, los Duques de Sussex estaban pletóricos y con ganas de enfrentarse a su nueva etapa juntos. De hecho, el Príncipe Harry manifestó con motivo de su compromiso que hizo ver a Meghan Markle que su vida no iba a ser fácil, pero que ella lo entendió y quiso seguir adelante: "Sé que al final del día ella me elige y yo la elijo a ella, y por lo tanto, sea lo que sea que tengamos que enfrentar juntos o individualmente, siempre lo haremos como un equipo, así que creo que ella será capaz. Es capaz de cualquier cosa". El tiempo demostró que no ha sido capaz.
El compromiso se anunció el 27 de noviembre de 2017. La boda fue el 19 de mayo de 2018. Pasaron casi seis meses en los que la Duquesa de Sussex participó en actos oficiales e incluso paso la Navidad con la Familia Real Británica a pesar de no estar casada todavía. El permiso de la Reina era necesario y la pareja contaba con él. Todo parecía perfecto hasta que el relativo idilio de Meghan Markle con la prensa terminó en noviembre de 2018.
A partir de ahí, todo fue cuesta abajo. Los Duques de Sussex se fueron dando cuenta de que la responsabilidad era mayor que el honor y que no eran felices. Necesitaban otra vida, aunque ello supusiera romper con todo lo que el Príncipe Harry había conocido y abandonar a la Reina Isabel y el Príncipe Carlos. Anteponer al país y a las obligaciones parecía lo prioritario, pero los Duques de Sussex no pudieron hacerlo. El 8 de enero de 2020 comunicaron su decisión de dejar de ser miembros de la Casa Real Británica a tiempo completo. 10 días más tarde, Buckingham Palace comunicaba la salida total, un Sussexit duro con el que había ruptura completa, aunque manteniendo el Ducado de Sussex, el vínculo con los patronazgos y su cargo en la Queen's Commonwealth Trust como presidente en el caso del Príncipe Harry, y como vicepresidenta en el caso de Meghan Markle.