El Rey Juan Carlos recibió la visita de sus hijas las Infantas Elena y Cristina así como la de sus dos nietos, Irene y Miguel, en Abu Dabi, pero fue una visita breve debido a que el Emérito tenía planes en Londres, por lo que pronto iba a coger un vuelo. Este viaje se debe a que el Bribón 500 competirá en el campeonato del mundo de barcos de 6 metros, y él formará parte de la tripulación.
Dicho campeonato tendrá lugar en la isla de Wight y durará del 31 de agosto al 8 de septiembre, y ahí estará presente el padre del Rey Felipe VI, junto a Pedro Campos y una tripulación extraordinaria que cuenta con regatistas olímpicos. El Rey Juan Carlos se enfrenta de esta manera a un nuevo reto, con el deseo de poder convertirse en campeón del mundo a sus 85 años.
De un tiempo a esta parte, el Emérito ha experimentado un notable cambio físico, ha perdido 15 kilos y estuvo entrenando en Sanxenxo en julio de 2023, de cara a este evento deportivo, por lo que se entiende que se ha preparado a conciencia, con ganas de conseguir la victoria. El Bribón 500 es un barco de madera que además está adaptado para su comodidad, pudiendo navegar sentado.
En cuanto a los logros de dicho barco con el Rey Juan Carlos como participante, ganó la regata mundial en 2017 y 2018, además de dos campeonatos europeos, el último en Sanxenxo. Se espera que para el 28 de setiembre vuelva a Galicia a navegar con el fin de disfrutar de esta afición que tantas alegrías le ha dado.
Asuntos pendientes en dichas fronteras
Mientras tanto, cabe destacar que el Rey Juan Carlos ha regresado a Inglaterra, donde aún le queda pendiente por resolver la demanda interpuesta por Corinna Larsen, su antigua amante que le exige 146 millones de euros en concepto de daños y perjuicios por la supuesta campaña de acoso que sufrió cuando el Emérito le reclamó que le devolviera los 65 millones que, tal y como ella contó, le habría regalado unos años en señal de gratitud y amor.