Fue en julio de 2020 cuando los Reyes de Holanda junto a sus hijas protagonizaron su tradicional posado estival en el Palacio Huis ten Bosch antes de dar comienzo a sus vacaciones de verano. Las jóvenes, muy conjuntadas con sus estilismos, no solo se hicieron algunas fotos plagadas de cariño y complicidad en los jardines de palacio, sino que también se hicieron unos retratos que ahora han sido a la luz.
La Casa Real holandesa ha decidido hacer públicos estos retratos en los que se puede apreciar que mientras las Princesas Amalia y Ariane iban con el mismo look, la Princesa Alexia decidió cambiarse, dejando a un lado un vestido acamisado de color azul para ponerse uno más entallado de color beige.
Está claro que cada hermana tiene su propio estilo y un carácter bastante distinto como se ha dicho en varios ocasiones en la prensa holandesa. Mientras que parece que la Princesa Amalia o Ariane tienen un carácter más pausado que recuerda al de su padre, la Princesa Alexia sería más atrevida y explosiva, recordando a la simpatía y espontaneidad de su madre, la Reina Máxima de Holanda.
La publicación de estas imágenes ha llegado después de que hayan podido disfrutar de sus vacaciones, aunque no han sido tan idílicas como imaginaban, puesto que a los Reyes de Holanda su cercanía con la población griega les ha jugado una mala pasada.
No han sido los primeros
El matrimonio ha estado disfrutando de su estancia en las Islas Griegas, y en una de sus paradas estuvieron en un restaurante de la isla de Milos, lugar en el que se fotografiaron con el dueño del local, un espontáneo que, como ellos, no llevaba mascarilla. En ese momento estaba cerca un paparazzi que fotografió el momento, y ha sido por esta imagen que ha trascendido por la que han decidido pedir perdón públicamente.
Esta claro que al hacerse esta fotografía no llevaban mascarillas y tampoco mantuvieron la distancia social recomendada, así que no fueron nada responsables, algo que se ha exigido tanto en su país como en el resto de Europa. Del mismo modo días atrás la Reina de Dinamarca, Mary, se había disculpado porque al acudir a un acto oficial estrechó la mano al director del acuario que visitó, un acto reflejo y espontáneo, un lapsus por el que quiso pedir perdón.