El Príncipe Heredero tuvo a finales de los 90 un romance con la cantante Maria Montell y todo parece indicar que ella todavía no le ha olvidado.
Antes de conocer a la que hoy es su esposa y formar una familia, el Príncipe Federico de Dinamarca fue durante años considerado uno de los 'solteros de oro' de la realeza europea y fueron varios los romances que se le adjudicaron. Pero hubo uno que a punto estuvo de convertirse en algo más.A finales de los años 90 no era raro verle en compañía de la cantante Maria Montell, con quien mantuvo un sonoro romance que muchos pensaron sería el definitivo. Sin embargo, la oposición de la Familia Real Danesa fue determinante en su ruptura y en septiembre de 1997 ella misma lo anunciaba así: "Nuestra relación amorosa está totalmente terminada. Pertenecemos a dos mundos diferentes que son difíciles de conciliar".
Nunca se les ha vuelto a ver juntos ni se tiene constancia de que mantengan el contacto, puesto que en el año 2000 el Príncipe Heredero conoció a Mary Donaldson y a día de hoy son una de las parejas más estables del Gotha. Pero... ¿quedan cenizas donde hubo fuego?
Continuas muestras de cariño
Cuando el Príncipe Federico cumplió 50 años en mayo de 2018, la prensa sueca volvió a contactar con Maria Montell (también casada y con hijos) para conocer su impresión y ella, ni corta ni perezosa, declaró: "Es una de las mejores personas que he conocido en mi vida".
Ahora es ella quien alcanza el medio siglo y nuevamente ha sido entrevistada. Aunque en esta ocasión se ha mostrado un poco más comedida: "El Príncipe Federico es una parte de mi vida y también fue un momento fantástico. He aprendido de todos los hombres con los que he estado y siento que me han ayudado a formarme y construirme". Eso sí, no todo es tan bonito como parece.Y es que lo realmente novedoso de esta última entrevista es que la cantante reconoce por primera vez que durante sus años de noviazgo y muy especialmente tras su ruptura con el hijo de la Reina Margarita II necesitó ayuda psicológica. Sin duda, la cara más amarga de la realeza...