El pasado mes de diciembre tuvo lugar el funeral de Peggy Hoarth, una de las ayudantes de vestuario de la Reina Isabel, que se celebró en la Capilla Real de Todos los Santos de Windsor. La que fue su favorita durante 35 años protagonizó una de las noches que darían de lo que hablar el día de su funeral.
En la misa, uno de los excompañeros de la fallecida reveló la anécdota que contaba la noche en la que la Monarca tuvo que dormir en el sofá debido a los gritos fruto de una disputa entre Hoarth y otra ayudante. El trabajador explicaba en Daily Mail que "Peggy era rival de otra asistenta de llamada May Prentice y siempre estaban discutiendo entre ellas y disputándose la atención de la reina. La mayoría de veces, lo hacían de manera amistosa, pero alguna vez se les fue de la manos".
Todo sucedió en la residencia oficial de Escocia de Isabel II, el palacio de Holyroodhouse de Edimburgo. Era una noche aparentemente tranquila hasta que los trabajadores se quedaron petrificados al ver aparecer en el Vestíbulo de los Pajes (una antecámara empleada por los empleados) a la Reina "en camisón y con una manta".
Los gritos de May y Peggy obligaron a la Reina Isabel a irrumpir en la habitación del servicio con un "tengo que conseguir dormir algo", según cuenta el exempleado. Aun complicándole la noche, la Reina Isabel decidió no criticar a Hoarth debido al cariño que le tenía. Tanto es así que cuando esta se jubiló, le recompensó con una casa en Windsor, donde falleció a los 89 años.