El natalicio del tercer nieto de los Reyes de Suecia tuvo lugar el lunes 15 de junio de 2015 a las 13:45 horas de la tarde. El bebé vino al mundo en el hospital Danderyd de Estocolmo, algo habitual para los Bernardotte, pero que llamó la atención en este caso, ya que cuando nació la Princesa Leonor, Magdalena de Suecia la alumbró en Nueva York, donde residía entonces con Chris O'Neill.
Mientras se esperaba que el Rey comunicara los nombres y títulos del recién nacido, se conoció que el niño llevaría el apellido Bernadotte, el de la dinastía que reina en Suecia desde 1818. Asimismo, la Casa Real Sueca cumplió con la tradición por la que se divulgan algunas imágenes del bebé en sus primeros días de vida. Magdalena de Suecia y Chris O'Neill quisieron enviarlas cuando su retoño tenía tan solo un día de vida. En ellas se veía al niño durmiendo plácidamente ataviado con un body gris.
El 17 de junio, tras la reunión del Gabinete del Monarca, Carlos XVI Gustavo comunicó que su nieto se llama Nicolás Pablo Gustavo, y sería conocido como Nicolás. Además del nombre, el Jefe del Estado anunció que el niño llevaría tratamiento de Alteza Real, dignidad de Príncipe de Suecia y ostentaría el título de Duque de Ångermanland.
Dos días más tarde, los Bernardotte participaron en el Te Deum con el que se dio gracias por el nacimiento del Príncipe Nicolás; hubo grandes ausencias, ya que no estuvieron ni los Duques de Värmland, que estaban de luna de miel, ni las nietas de los Reyes.
Entre Londres y Suecia
Tras descansar en Estocolmo en sus primeras semanas de vida, el Príncipe Nicolás pasó el verano en la residencia estival de la Familia Real Sueca en Solliden, desde donde llegaron las primeras fotos oficiales del bebé con sus padres y su hermana Leonor, aunque no hubo posado de los cuatro juntos. La Princesa Magdalena definió a sus dos hijos como unos angelitos, por lo que parece que Nicolás se portó bien en sus primeros meses de existencia.
El retoño no volvió a aparecer en público hasta el 11 de octubre, cuando fue bautizado en la capilla del Palacio de Drottningholm, el mismo lugar en el que fue cristianada su hermana mayor, y donde residen los Reyes de Suecia. Debido a que es hijo de una princesa real, y no de la heredera, su bautizo fue más modesto y no congregó a la realeza extranjera.
Sus padrinos fueron su tío materno, el Príncipe Carlos Felipe de Suecia, sus tíos paternos Natascha Abensperg und Traun y Henry D'Abo, el primo de su madre, Gustaf Magnuson, un amigo de Chris O'Neill, Marco Wajselfisz, y Katarina von Horn, amiga de la Duquesa de Hälsingland y Gästrikland. El bebé recibió como regalo de su abuelo la orden de los serafines y no pudo aguantar muy tranquilo, ya que rompió a llorar en numerosas ocasiones.
Un precioso niño muy inquieto
Para celebrar la Navidad, el pequeño Nicolás conoció a Papá Noel, y su madre compartió la adorable imagen del niño en brazos de Santa Claus. Lamentablemente no pudo pasar su primera Navidad en Suecia, ya que los compromisos profesionales de Chris O'Neill llevaron a toda la familia a volver a Londres.
Con el año nuevo, el Príncipe Nicolás se fue a conocer mundo junto a sus padres y su hermana. El destino fue Maldivas, y allí fueron pillados por los paparazzi. Como respuesta, la Princesa Magdalena colgó varias instantáneas en Facebook en las que aparecía con sus hijos, unas hermosas imágenes en las que se comprobó lo adorable que estaba el bebé, muy recuperado de sus problemas de salud.
En marzo, para celebrar sus 9 meses, Magdalena de Suecia compartió una preciosa foto con el Príncipe Nicolás como protagonista, con unos ojazos azules muy abiertos. "El tiempo vuela. ¡No me puedo creer que mi dulce Nicolás ya tenga 9 meses!", comentó la orgullosa mamá.
Finalmente, la última vez que se dejó ver públicamente fue el pasado 27 de mayo con motivo del bautizo de su primo Oscar de Suecia. El bebé llegó a la Capilla Real del Palacio de Estocolmo en brazos de su padre, y durante la ceremonia se entretuvo con un juguetito que no paró de llevarse a la boca. Inquieto es un rato largo. Ahora celebra el primer año de una vida que esperemos que sea larga y próspera.