Miguel I de Rumanía era el último jefe Estado en activo durante la Segunda Guerra Mundial que seguía con vida. Desgraciadamente, el rey de Rumanía ha fallecido en su residencia privada de Suiza a los 96 años de edad, después de que empeorara su estado de salud tras recaer en un duro cáncer de piel que le obligó a abdicar en favor de su hija a principios del año 2016.
El Rey Miguel I fue una de las figuras más importantes para conocer la historia de la Europa moderna durante las últimas ocho décadas. Emparentado con varias dinastías europeas, uno de sus familiares más allegados era la Reina Sofía, la cual le consideraba como uno de sus primos favoritos.
Esta cercanía entre ambos se debe principalmente a que ambos tuvieron que enfrentarse al duro proceso del exilio, cada uno por su parte, pero es algo que les unió de manera muy fuerte y durante muchos años.
Una vida de reyes
Con solo 19 años, Miguel I se convertía en el Rey de Rumanía en el año 1940, y tuvo un papel decisivo durante la Segunda Guerra Mundial tras colocarse en el bando de los Aliados y consiguiendo salvar la vida de unas 60.000 personas. Fue en el año 1947, tras un golpe de Estado, cuando Miguel se vio obligado a exiliarse a Inglaterra y después a Suiza, volviendo a Rumanía a finales de los años 90. Se trataba de uno de los monarcas más queridos a nivel europeo y sin ninguna duda su marcha tendrá un duro efecto sobre las monarquías europeas del momento.