El Infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias ha muerto este lunes por la mañana en su finca La Toledana de Retuerta de Bullaque, en Ciudad Real. El Duque de Calabria, que tenía 77 años, estaba muy delicado de salud desde que en 2012 sufriera un ictus del que no llegó a recuperarse totalmente. Sumado a ello se encontraba una enfermedad neurológica que le fue mermando poco a poco.
Tenía tratamiento de Alteza Real, y contaba con los títulos de Duque de Calabria y Conde de Caserta, además de ser pretendiente al desaparecido Trono de las Dos Sicilias. Primo del Rey Juan Carlos por las ramas paterna y materna, era gran amigo del exjefe del Estado desde su infancia. Por ello, y haciendo honor a su condición de representante de una línea dinástica vinculada con la Corona, Don Juan Carlos le hizo Infante de España en 1994, lo que le situó en la línea de sucesión. Hasta su muerte, se situaba en el puesto 11, justo detrás de Irene Urdangarín, hija de la Infanta Cristina.
Una gran familia
El Infante Carlos se casó el 11 de mayo de 1965 con la Princesa Ana de Orleans, hija del Conde de París y de la Princesa Isabel de Orleans-Braganza. Tuvieron cinco hijos, Cristina (1966) María (1967), Pedro, Duque de Noto, (1968), Inés (1971) y Victoria (1976) y 19 nietos, con los que la Familia Real guarda una estrecha relación provocada por la amistad entre Juan Carlos I y el ya difunto Duque de Calabria.
El Duque de Calabria se licenció en Derecho, trabajó en banca y participó en la creación de empresas como el Consorcio Hispano-Arábigo o la Central Financiera de Expansión. En su labor profesional destacó también su presencia en los consejos de administración de Cepsa, Iberpistas y Viajes Marsans. Contaba con el Toisón de Oro desde 1964, era Caballero protector del Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid, tenía la Gran Cruz de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén y era Gran Maestre de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, entre otras condecoraciones.
Aunque el Infante Carlos pretendía ser enterrado en un convento de Ciudad Real, el Rey Juan Carlos ha dispuesto que el Duque de Calabria repose para siempre en el Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial, lugar que le corresponde por su posición. Por el momento se desconoce el funeral que se le dará debido a su rango.