Sin embargo, en un momento dado, la consorte se despistó, y la Princesa Leonor se llenó la boca de chucherías. La Reina no se dio cuenta, pero un padre sí, y se puso delante para que no viera a la niña poniéndose morada. Al final, la Princesa de Asturias logró su propósito y saboreó las gominolas mientras Doña Letizia permanecía ajena.
La indiscreción de la Princesa Leonor
En otra ocasión no se libró de la bronca. Doña Letizia riñó a la entonces Infanta Leonor delante de otros niños por decir públicamente que en su casa tenían esos mismos vasos y platos con muñecos que estaba viendo. La consorte de Felipe VI hizo entender a su hija que no debía comentar nada de su vida íntima, y desde entonces, tanto ella como la Infanta Sofía han sido cautas.