Casa Real no hace caso
Pero luego está su gran error. Casa Real mantiene bajo siete llaves a la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, que permanecen confinadas en La Zarzuela sin que se sepa nada de ellas. Se espera que lean, vean películas y series, hablen con sus familiares y amigos, hagan deporte y por supuesto que sigan con la educación a distancia. Todo se espera, todo es un suponer, porque es lo que más o menos está haciendo la gente de su edad en España en la medida de sus posibilidades.
La Princesa de Asturias y la Infanta Sofía son las únicas royals de su generación que están desaparecidas. Hasta los Príncipes de Cambridge y los hijos de Alberto de Mónaco, que son pequeños, han tenido su espacio, pero ellas no. Ni siquiera aprovecharon el Domingo de Pascua, en el que siempre había aparición, para mostrar una imagen de Doña Leonor y Doña Sofía. ¿A qué se debe que sean las únicas ausentes de la realeza?
¿Se niegan ellas? En absoluto. ¿Se niegan los Reyes? Tampoco. ¿Entonces qué pasa? Entre especulaciones, Pilar Eyre nos cuenta que Doña Letizia insistía en que la Princesa Leonor y la Infanta Sofía debían aparecer, que era importante para la imagen de la Corona, que no podía ser que fueran las únicas royals de su generación que no habían tenido ningún gesto público. Vamos, que la Reina hacía caso a lo que se decía desde Bekia y desde otros muchos medios. La respuesta era no.
Una vez acabó la cuarentena de la Reina lo propuso, pero según relata la periodista y escritora, todo eran evasivas desde la maquinaria de La Zarzuela. Don Felipe y sobre todo Doña Letizia han aceptado, pero seguramente ella es muy consciente del error cometido. Cada vez es más tarde para rectificar, pero quizás haya esperanzas. Que nadie olvide que la Monarquía debe mostrarse útil, debe ser concebida como una institución necesaria que aporta al país, pero también sus miembros deben ser ejemplares, queridos e incluso admirados, un modelo a seguir para los demás. La mayor parte de los Borbón y Grecia no cumplen con estos cánones, pero para los Borbón-Ortiz sí hay esperanza.