Jacques y Gabriella de Mónaco son dos niños cariñosos y dispuestos que desde bien pequeños saben lo que es aparecer en público. Ambos están muy unidos y no suelen ir el uno sin el otro, aunque tienen un carácter distinto. Ya desde su primeros actos se pudo ver que la Condesa de Carladès es más espontánea y más traviesa, aunque eso no quiere decir que el Marqués de Baux no lo sea.
Ambos acaparan siempre todas las miradas en sus apariciones públicas, pero por sus gestos y su espontaneidad suele ser la Princesa Gabriella la que adquiere más protagonismo. También lo hizo cuando se dejó ver en la Exposición Canina Internacional de Mónaco, un evento del que dejó constancia la Princesa Charlene en su Instagram, desde donde quiso mostrar las fotos de este acto que se tuvo que perder debido a sus problemas de salud, que le retienen en Sudáfrica desde mayo de 2021.
La Condesa de Carladès apareció escayolada y en silla de ruedas, aunque afortunadamente pareció más aparatoso que doloroso teniendo en cuenta que la Princesa Gabriella parecía muy contenta en esta exposición a la que acudió junto a su hermano, el Príncipe Jacques, su tía, la Princesa Carolina, su prima, Carlota Casiraghi, y su prima segunda, Mélanie-Antoinette Costello de Massy.
Después del acto se ha sabido qué fue lo que pasó para que Gabriella de Mónaco haya acabado escayolada y en silla de ruedas. Como señala People, la lesión se debió a que la hija del Príncipe de Mónaco tuvo una mala caída mientras jugaba. No se trataría de una rotura, sino de un esguince del que espera recuperarse lo más rápido posible.
Charlene de Mónaco, a la espera de recuperarse
Quien también espera recuperarse cuanto antes es Charlene de Mónaco, que lleva en Sudáfrica desde mayo de 2021. Estando allí para una campaña contra la caza furtiva de rinocerontes, viaje que iba a aprovechar para ver a los familiares y amigos que tiene en Sudáfrica. Estando allí dio la cara una infección otorrinolaringológica que le ha obligado a tener que ser ingresada y operada y que no le permite regresar a Mónaco debido a que la presión de sus oídos no se igualaría en un vuelo y no podría soportarlo. Mientras logra recuperarse y cuenta los días para volver, tiene que conformarse con estar en contacto con el Príncipe Alberto y sus hijos con videollamadas, además de con las visitas que le han podido hacer durante el tiempo que lleva en Sudáfrica.