Las Familias Reales no están exentas de desgracias y tragedias varias; en las cerradas y férreas monarquías árabes tampoco. Emiratos Árabes Unidos decretó tres días de duelo por la muerte del Jeque Rashid bin Mohammed bin Rashid Al Maktoum, hijo mayor del emir de Dubai, fallecido el pasado sábado a los 33 años.
La causa de la muerte del joven príncipe fue un ataque al corazón, aunque su edad y sus circunstancias han provocado que hayan surgido teorías en relación a lo que habría llevado a la muerte a quien un día fue Heredero del Emirato de Dubai. El jeque nació en 1981. Era el hijo mayor de los 22 que ha tenido el Emir. Pese al derecho de primogenitura, el actual Heredero de la Corona es su hermano Hamdán, nacido un año más tarde que el difunto.
Luces y sombras en la vida del heredero destronado
La figura del jeque está llena de luces y sombras. En 2002 se graduó en Sanhurst, Reino Unido. A su regreso a Dubai se centró en la dirección de empresas y entidades benéficas. Con ambas obtuvo un enorme éxito, y con su carrera empresarial amasó una importante fortuna. En 2006 llegó a lo más alto al conseguir dos medallas de oro en los Juegos Asiáticos en equitación. Además, fue miembro fundador del club deportivo Dubai Sports and Cultural Club, demostrando así su compromiso con el deporte.
Sin embargo, todo se torció en 2007, cuando desapareció de la vida pública en la que debía permanecer como futuro Emir de Dubai. En 2008 perdió su condición de heredero, lo que llevó a que se realizaran numerosas especulaciones al haber tenido lugar un acto tan extraño.
Según Daily Mail, el problema habría venido por el consumo de drogas y esteroides del Jeque Rashid bin Mohammed bin Rashid Al Maktoum. Pese a su presunto paso por clínicas de rehabilitación, parece que nada habría servido al hijo del Emir para remontar. Entre los rumores se detallan también orgías sexuales, así como el supuesto asesinato de un asistente de la Casa Real Dubaití, información sacada de un cable filtrado por Wikileaks que había ido a parar al cónsul general estadounidense David Williams. Sin duda, todo un misterio sin resolver.