Mientras tanto, Miguel Urdangarin abandonó Ginebra, donde reside con la Infanta Cristina, y se marchó a España coincidiendo con las vacaciones de Semana Santa. Como pudo saber Bekia en exclusiva, el nieto de Juan Carlos I tomó el vuelo de Iberia que sale de la ciudad bañada por el lago Leman a las 18:35 horas. Lo hizo el 25 de marzo de 2024, Lunes Santo, y se encontraba solo. No había familiares, ni amigos, ni nadie con él. Tampoco escoltas, que dejó de tener al alcanzar la mayoría de edad.
El hijo de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin estuvo sentado esperando junto a la puerta de embarque y se entretuvo con el móvil, mirando vídeos y manteniendo una conversación telefónica. Nadie reparó en él y no se formó ningún revuelo, fiel reflejo de lo desapercibido que suele pasar.
Una vez comenzó el embarque subió de los primeros y se sentó en la segunda fila del avión, donde voló en Business. A su llegada a Madrid, se le perdió la pista, aunque todo apunta a que se reencontrará o bien con su padre, que reside en Vitoria, o bien con su madre.
La Infanta Cristina estaba en Barcelona
Precisamente se había visto a la Infanta Cristina el día anterior en Granollers animando a su hijo Pablo Urdangarin en un partido de balonmano con su equipo, el Fraikin BM Granollers, que cosechó una victoria ante el Bada Huesca. No se veía a Cristina de Borbón muy preocupada, por lo que parece que la lesión de Miguel Urdangarin, que se mueve con soltura, no reviste demasiada gravedad. Además, que su hijo haya viajado a España desmentiría que la Infanta Cristina planeara regresar antes de tiempo a Ginebra para estar con él.
Ya cuando sea operado deberá guardar reposo, lo que retrasará sus planes para obtener el título de monitor de esquí. De todos modos, su idea no es dedicarse a esto, sino que está aprovechando el año sabático que se tomó tras graduarse en la Biología Marina en la Universidad de Southampton, Inglaterra, para llevar a cabo este proyecto con el que está muy ilusionado.