ADIÓS AL TRATAMIENTO

Los miembros de la Familia Real Británica que dejaron de ser o de usar el tratamiento de Alteza Real en el reinado de Isabel II

El tratamiento de Alteza Real se retiró a dos personas, mientras que otras tres tuvieron que dejar de utilizarlo.

Guillermo Álvarez 08 Septiembre 2022 en Bekia

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Los reyes y las reinas de Europa llevan el tratamiento de Majestad, mientras que los príncipes y princesas de alto rango ostentan el de Su Alteza Real. Están también aquellos que son Su Alteza Serenísima, situado un escalafón por debajo y que llevan los príncipes y princesas de Mónaco. En el caso de Reino Unido, el Soberano es Su Majestad, lo mismo que su consorte si es una mujer. Todos los hijos del Monarca, así como los del Príncipe de Gales, los vástagos de los hijos varones del Rey o Reina, así como el primogénito del primogénito del Príncipe Heredero también son Altezas Reales.

Todo esto viene y va mediante Cartas Patente. Así estableció el Rey Jorge V en 1917 quién era Alteza Real y quién no. De esa forma se quitó de encima a sus parientes alemanes con títulos principescos, a los que les ofreció a cambio títulos británicos, pero nada de ser Altezas Reales. Así también ordenó la Reina Isabel en 2012 que todos los hijos del primogénito del Príncipe de Gales tienen derecho a la dignidad de Príncipe o Princesa y al tratamiento de Alteza Real. Tuvo que hacerse para los hijos del Príncipe Guillermo y Kate Middleton, y así será si en el futuro hay otro Monarca tan longevo en Reino Unido que siga en el trono con tres generaciones de sucesores detrás como ha ocurrido con Isabel II.

Durante el reinado de Isabel II hubo un enorme crecimiento de la Familia Real Británica, y si bien hay numerosos miembros que ostentan el tratamiento de Alteza Real, la tendencia es a la baja. Sin ir más lejos, de los ocho nietos de la Reina, seis de ellos son legalmente Altezas Reales, y tan solo tres usan el tratamiento. Los hijos de la Princesa Ana, Peter y Zara Phillips, no gozan de título alguno, mientras que los de los Condes de Wessex, Lady Louise y James Mountbatten-Windsor, tienen derecho a ser tratados como Altezas Reales con dignidad de Príncipes de Wessex, pero aunque legalmente les pertenece, sus padres optaron en su momento por que se titulara a su descendencia como a la de un conde, y no a la de un príncipe real. Los nietos de la Monarca que no solo son Altezas Reales, sino que además hacen uso del regio tratamiento son el Príncipe Guillermo, que el día que reine será Majestad, y las Princesas Beatriz y Eugenia de York.

Lady Di y Sarah Ferguson

Y luego están las pérdidas. En el largo reinado de Isabel II ha habido dos personas a las que se retiró el tratamiento de Alteza Real, mientras que a otras tres no se les ha permitido usarlo. Ya como curiosidad hay una anterior a que la Reina Isabel subiera al trono a la que nunca se le ofreció ser Alteza Real aunque sea costumbre que los Duques de la Familia Real extiendan su título y tratamiento a sus esposas. Se trata de Wallis Simpson, esposa del efímero Rey Eduardo VIII. Tras la abdicación, la peor crisis de la Monarquía británica en tiempos modernos, se permitió que tomara el título de Duque de Windsor y que mantuviera el tratamiento de Alteza Real que ostentó como Príncipe de Gales. En cuanto a Wallis, fue Duquesa de Windsor, pero Jorge VI no permitió que ostentara el tratamiento de Alteza Real, lo que la pareja tomó como una afrenta. Ser Alteza Real era para Wallis Simpson algo muy importante. Nunca lo logró.

Volviendo al asunto de quienes lo tuvieron pero no lo mantuvieron, una Carta Patente de 1996 declaró que aquellas esposas de un príncipe británico que ostentaran el tratamiento de Alteza Real por sus matrimonios, lo perderían al divorciarse. Así, tanto Lady Di como Sarah Ferguson dejaron de ser Altezas Reales al disolver sus vínculos legales con el Príncipe Carlos y el Príncipe Andrés, respectivamente. No parece que a Sarah Ferguson le importara demasiado, sobre todo porque siguió siendo Duquesa de York y porque su relación con el Príncipe Andrés era y siguió siendo excelente, pero a quien sí molestó fue a Lady Di.

Que la Duquesa de York perdiera el tratamiento de Alteza Real supo a daño colateral porque se consideró en su momento que era la Princesa Diana la que tenía que perder estatus. Después de un horrible matrimonio y una separación tan liberadora como llena de tensión, el divorcio entre el Príncipe Carlos y Lady Di fue un hecho después de la entrevista de la Princesa Diana a Martin Bashir, el hombre que le convenció con mentiras para que concediera aquel bombazo que tanto daño hizo a la Corona, a los Príncipes Guillermo y Harry y a la propia Lady Di.

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Al quedar claro que el divorcio era la única opción, había que pensar en qué términos iba a quedar Lady Di, que pese a todo era la madre de los hijos del Príncipe Carlos, la madre del futuro Rey. Se consintió que siguiera siendo Princesa de Gales, pero no la Princesa de Gales, quedándose como Diana, Princesa de Gales. Lo que no se permitió fue que conservara el tratamiento de Alteza Real. Se culpó de ello al Príncipe Carlos, que presionó a la Reina para que no mantuviera el 'Royal Highness' para su exmujer. No era la idea de Isabel II, pero aceptó.

El Príncipe Harry y Meghan Markle

Casi un cuarto de siglo después, la Corona se enfrentó al Sussexit. En enero de 2020, el Príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron unilateralmente su decisión de ser financieramente independientes y vivir parte del tiempo en América del Norte. Su idea era combinar la representación a la Corona con otra serie de actividades privadas que les dieran más libertad a todos los niveles. La Casa Real Británica no lo aceptó, por lo que hubo un Sussexit duro en el que tuvo que ser todo o nada.

Después de numerosas discusiones, se anunció en un comunicado emitido el 18 de enero de 2020 que el Duque y la Duquesa de Sussex no podrían representar oficialmente a la Reina, lo que por tanto les llevaba a dejar de usar, pero no de ser, Altezas Reales: "Los Sussex no usarán el tratamiento de Alteza Real debido a que ya no son miembros activos de la Familia Real".

De este modo, mantenían el Ducado de Sussex y por supuesto el Príncipe Harry seguía siendo eso, Príncipe de Reino Unido, pero no podían usar el tratamiento de Alteza Real. El 19 de febrero de 2021, se comunicó que el Príncipe Harry y Meghan Markle renunciaban a volver a la Casa Real Británica, lo que confirmaba que efectivamente no podrán usar el tratamiento de Alteza Real. Sin embargo, legalmente lo son.

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En cuanto a los Sussex, está el caso de sus hijos Archie y Lili. De acuerdo con la Carta Patente de Jorge V de 1917, ninguno de los dos tiene derecho a tratamiento de Alteza Real y a dignidad principesca, algo que podría haber solucionado la Reina Isabel con otra Carta Patente, como hizo para sus bisnietos Cambridge. Sin embargo, cuando suba al trono el Príncipe Carlos, sus nietos Sussex serán automáticamente Su Alteza Real el Príncipe Archie de Sussex y Su Alteza Real la Princesa Lilibet de Sussex. Nada cambiará para ellos y probablemente en su caso ocurrirá como con los hijos del Príncipe Eduardo y Sophie Rhys-Jones, Lady Louise y James Mountbatten-Windsor, y aunque legalmente les corresponda la dignidad y el tratamiento, decidan no usarlo.

El Príncipe Andrés

Por último está un caso que se ha comparado injustamente con el de los Sussex, pero que no tiene nada que ver. Se trata de Su Alteza Real el Príncipe Andrés, Duque de York desde que la Reina Isabel le concedió este título habitual para el segundo hijo varón del Monarca con ocasión de su boda con Sarah Ferguson. El considerado como hijo favorito de la Reina Isabel fue un imán para los escándalos, pero ninguno otro como el que supuso su relación con el pedófilo Jeffrey Epstein y la cómplice de este, Ghislaine Maxwell. El primero se suicidó en su celda en agosto de 2019. De no haberlo hecho habría sido juzgado y condenado. La segunda, más escurridiza al principio, terminó siendo detenida, juzgada y condenada. En diciembre de 2021 se le condenó por tráfico sexual y pasará el resto de su vida en la cárcel.

Por su parte, el Duque de York fue acusado por Virginia Giuffre. Esta estadounidense que reside en Australia declaró que el Príncipe Andrés abusó sexualmente de ella en tres ocasiones en 2001. En aquella fecha, ella tenía 17 años y había sido captada por Ghislaine Maxwell. Tardó mucho tiempo en contar lo que le había pasado, y aunque en los primeros años no se le dio mucha relevancia a su testimonio, finalmente llegó la caída en desgracia del Duque de York. Ocurrió por la desastrosa entrevista que concedió a Emily Maitlis para 'Newsnight' de BBC. El hijo de la Reina creyó que estaba haciendo lo correcto para limpiar su imagen. No fue así. No fue ni capaz de lamentar con vehemencia su vínculo con Epstein y negó haber conocido a la presunta víctima a pesar de la foto que tienen juntos con Ghislaine Maxwell detrás.

El desastre fue tal que el 20 de noviembre de 2019 hubo comunicado de la Casa Real Británica: "Durante los últimos días, ha quedado de manifiesto que las circunstancias en relación a mi antigua vinculación con Jeffrey Epstein se han convertido en un grave problema para el desarrollo de mi trabajo como miembro de la Familia Real y con el valioso trabajo llevado a cabo con las muchas organizaciones y entidades benéficas con las que estoy orgulloso de colaborar. Por tanto, pregunté a Su Majestad si podía retirarme de los actos oficiales, y me ha dado su permiso".

Se retiraba así, o mejor dicho, le invitaban a hacerlo, pero no era un adiós definitivo. Para eso hubo que esperar al 13 de enero de 2022. Esa tarde llegó un comunicado de Buckingham Palace tan escueto como revelador: "Con la aprobación y el acuerdo de la Reina, las afiliaciones militares y los patrocinios reales del Duque de York han sido devueltos a la Reina. El Duque de York seguirá sin asumir ningún cargo público y defiende este caso como ciudadano privado". No se dijo en el comunicado, pero fuentes de palacio aseguraron que no volvería a usar el tratamiento de Alteza Real. Seguía siendo Su Alteza Real el Príncipe Andrés, Duque de York, al igual que su sobrino es Su Alteza Real el Príncipe Harry, Duque de Sussex, pero ni uno ni el otro tienen autorización para usar el citado tratamiento por motivos bien distintos. Legalmente está ahí, pero como si no estuviera.

Como el Príncipe Andrés no volverá nunca a la vida pública y por tanto no es miembro activo de la Familia Real Británica, deja de usar el tratamiento de Alteza Real. Eso le puede doler, aunque peor es el escándalo que le rodea. La decisión de la Casa Real Británica, en la que pesó la opinión del Príncipe Carlos y el Príncipe Guillermo, llegó después de que el juez Kaplan rechazara la moción presentada por la defensa del Duque de York para que se desestimara la demanda civil en la que Virginia Giuffre acusa al Príncipe Andrés. Si nada lo remedia, no hay acuerdo y no se admiten más recursos, el hijo de la Reina se enfrenta a algo peor que ser repudiado por la Casa Real Británica: a la Justicia. Lo hace como ciudadano privado y no como un príncipe con tratamiento de Alteza Real. Eso ya acabó para él.

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Príncipe Harry de InglaterraRealeza

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