La Casa Imperial nipona ha hecho público un comunicado en el que informa que la madre del emperador Naruhito, Michiko de Japón, ha sufrido una trombosis en la pierna derecha. Según han explicado, la emperatriz se está sometiendo a varias pruebas desde hace algunas semanas y cuidando mucho de su salud, aunque no correría peligro.
Los estudios que han realizado a la emperatriz han revelado que padece una trombosis venosa profunda (TVP), por lo que se está sometiendo a una evaluación exhaustiva para poder tratarla y que la emperatriz se recupere lo antes posible. Por su parte, aún no se le ha asignado ningún tratamiento, por lo que la madre del emperador Naruhito estaría cuidándose a través de una constante hidratación y haciendo ejercicio diario, saliendo a caminar por las mañanas y tardes junto a su marido, el emperador emérito Akihito, por los jardines de la residencia imperial de Akasaka, donde reside.
Las pruebas a las que se está sometiendo la emperatriz emérita se realizan con el fin de conocer a fondo la raíz de su dolencia y así poder ponerle el tratamiento más adecuado. Por su parte, la antigua soberana de Japón se encuentra "bien y tranquila" y confía en los médicos encargados de tratar su caso.
La trombosis no tiene por qué ser una enfermedad grave. Si se trata con la suficiente rapidez y de la forma correcta, únicamente serán necesarias medias de compresión para la zona afectada y un tratamiento farmacológico. En los casos más graves, el coágulo de sangre tendría que ser extirpado mediante cirugía para evitar que pueda provocar un daño mayor en el paciente.
La salud de los emperadores eméritos
Desde la abdicación del emperador en el año 2019, la salud del matrimonio ha empeorado de forma significativa. Son varios los sustos que han tenido, aunque hasta el momento todas sus dolencias han podido tratarse y se han recuperado por completo. El antiguo soberano fue diagnosticado en julio de este 2022 de una insuficiencia cardiaca por la que tuvo que someterse a un tratamiento, aunque no necesitó una intervención quirúrgica y no tuvo que ser ingresado por ello. Por su parte, no es la primera vez que se enfrenta a un problema de salud así. Uno de los más preocupantes fue en 2008, cuando el emperador emérito sufrió la misma enfermedad que acabó con la vida de su padre en 1989, una hemorragia estomacal, mientras que en 2019 la emperatriz preocupó mucho a toda la sociedad nipona al experimentar vómitos con sangre durante varios meses tras la abdicación de su marido.