Entrar en la década de los 40 se celebra de una forma muy especial en las Casas Reales Europeas. En los últimos años las consortes han soplado cuarenta velas, entre ellas Máxima de Holanda, Mary de Dinamarca y la Princesa Letizia; ahora le ha tocado el turno de Mette-Marit de Noruega.
Para celebrar la onomástica, el Dronning Parken de Oslo acogió un acto que contó con la presencia de la Familia Real de Noruega al completo y que sirvió para homenajear a la Princesa Heredera, muy emocionada en un día tan señalado.
La Princesa llegó abrigada y vestida de blanco, y junto a ella el Príncipe Haakon y sus hijos, la Princesa Ingrid Alexandra y el Príncipe Sverre Magnus. No podía faltar el primogénito de Mette-Marit, Marius Borg, que fue con el perro de la familia.
Los Reyes Harald y Sonia fueron otros de los asistentes. Ellos fueron dos de los que salieron al estrado para dirigir unas palabras a su nuera, a quien al principio les costó aceptar, pero al igual que ha pasado en otras cortes europeas, quieren como a una hija.
La relación entre Mette-Marit de Noruega y su cuñada, la Princesa Marta Luisa, es tan buena, que esta no dudó en viajar desde Londres, ciudad en la que reside, para asistir a este acto. No fue sola, pues estuvo rodeada por toda su familia.
La primogénita de los Reyes de Noruega acudió acompañada por su marido, Ari Behn, que llamó la atención por su colorido atuendo. También estaban sus tres hijas, Maud Angelica, Leah Isadora y Emma Tallulah, a las que apenas se ve en público.
Pero no solo contó con la presencia de su familia política, pues la Princesa Mette-Marit también fue agasajada por su madre, Marit Tjessem, y su hermana, Kristin Hoiby, que no dudaron en asistir al acto en homenaje al aniversario de la Princesa.