Las polémicas en torno a la Familia Real inglesa han ocupado numerosas portadas durante todos estos meses, lo que ha afectado también a la Reina, que no ha querido dejar pasar la oportunidad para hacer un breve apunte en su mensaje navideño. Por todos estos hechos, Isabel II del Reino Unido ha tildado de movido y turbulento su 2019, teniendo la esperanza de que el nuevo año que comienza en unos días sea más tranquilo para ella.
Un año con muchas turbulencias
La Reina Isabel fue la primera Monarca de la historia inglesa en trasmitir el discurso de Navidad por televisión. Dirigido a todo su pueblo, lo lleva realizando a través de este medio desde 1957. Tanto los mensajes velados como toda la escenografía en torno al mismo es clave para poder entender y descubrir los sentimientos de la soberana. "El camino no siempre es fácil y a veces este año pudo parecer bastante movido, pero pequeños pasos pueden marcar una gran diferencia", fueron las palabras que su Majestad ha empleado para describir el año 2019.
Crisis política marcada por el Brexit
De hecho, Isabel II quiso hacer un guiño a la posibilidad de reconciliación del pueblo inglés por el tema del Brexit rememorando la celebración del 75 aniversario del desembarco de Normandía que se ha celebrado en el año 2019. "Aquellos que fueron enemigos jurados se reunieron para conmemorar a ambos lados del Canal de la Mancha, dejando atrás las diferencias del pasado para avanzar juntos. Honramos a la libertad y la democracia ganadas para nosotros a un precio tan alto", apuntaba la Reina en su mensaje.
Un año complicado para la Familia Real británica
Aunque los problemas políticos son prioritarios para Isabel II del Reino Unido, tampoco puede olvidar la crisis familiar, a la que también ha querido hacer alusión en su discurso de Navidad a la Commonwealth. Desde el 'annus horribilis' de 1992 y también la muerte de la Princesa Diana en 1997, nadie recordaba un año tan turbulento para la Familia Real inglesa, marcado por polémicas y distanciamientos familiares.
El año 2019 comenzaba con el accidente automovilístico del Príncipe Felipe, que precisamente lo termina también habiendo pasado por el hospital, después de haber sido ingresado por una afección de la que fue dado de alto el martes 24 de diciembre, horas antes de poder reunirse junto a buena parte de la familia para celebrar la Navidad. A sus 98 años, ya no forma parte de la vida pública de la Familia Real, pero su presencia sigue formando parte de la agenda de actos religiosos, por lo que puede que se le vea estos días.
Por su parte, su hijo preferido, el Príncipe Andrés, se ha visto involucrado en el caso del millonario Jeffrey Epstein, acusado de abuso de menores, con quien mantenía una amistad y que se suicidó en prisión. El hijo de la soberana fue acusado por una estadounidense de mantener relaciones con ella, viéndose obligado a ser entrevistado en la BBC para defenderse de todo ello. Sin embargo, el resultado no fue el esperado y se vio obligado a retirarse de la vida pública. El pueblo inglés, que según un estudio del Instituto Yougov apoya en un 70% el mantenimiento de la monarquía, es partidario de hecho de reducir el número de miembros reales con representación pública.
Los Duques de Sussex también han formado parte del año movido de la Reina Isabel. El Príncipe Harry y Meghan han tenido que hacer frente a la persecución de la prensa sensacionalista, viéndose obligado el nieto de la Reina a demandar a diversos medios para evitar que el caso de su madre, la Princesa Diana, se repitiera. Además, también se ha hecho presente el distanciamiento del matrimonio con el Príncipe Guillermo y Kate Middleton, habiendo reconocido en octubre de 2019 que su relación pasa por dificultades.
La Reina Isabel del Reino Unido parece haberse posicionado en favor de los Duques de Cambridge, ya que el Príncipe Harry y Meghan no aparecen en su colección de fotografías del escritorio. Además, no van a celebrar la Navidad junto a ellos, ya que los Duques de Sussex han optado por desplazarse hasta Canadá para pasar allí las fiestas junto a su hijo, el pequeño Archie. Un portavoz de la casa de los Duques justificó la decisión afirmando que "Canadá es un país de la Commonwealth querido por los dos".