La repentina apertura del joyero real por parte de Doña Letizia ha generado comentarios sobre las intenciones de la esposa de Felipe VI.
Letizia Ortiz Rocasolano es desde el 19 de junio de 2014 la reina consorte de España, y por tanto la mujer más importante de la Familia Real, por delante de la Reina Sofía y de las Infantas Elena y Cristina. Estas últimas ni siquiera forman parte de la Familia Real, ya que solo pertenecen a esta el Rey o Reina, su consorte y sus ascendientes y descendientes directos.
Para ella son las principales joyas de la Corona, las denominadas 'joyas de pasar', de las cuales unas cuantas son herencia de la Reina Victoria Eugenia, amante de las piedras preciosas y que acuñó numerosas piezas entre otras cosas por los regalos que le hizo Alfonso XIII para compensar un matrimonio triste y amargo lleno de infidelidades.Los pendientes nupciales
Ahora, la Reina Letizia podría estar realizando una exhibición de poder, enviando un mensaje a sus cuñadas de que quien manda es ella, y que quien tiene más derecho ahora usar el joyero real es ella.
En la cena de gala celebrada este miércoles 22 de febrero en el Palacio Real en honor al Presidente de Argentina, Mauricio Macri, Doña Letizia se colocó en la cabeza la tiara que Alfonso XIII regaló a Victoria Eugenia con motivo de su boda, en 1906. Esta pieza la han llevado la bisabuela, la abuela y la madre del Rey Felipe VI, y ahora es el turno de Doña Letizia. Nada que decir.
Sin embargo, casualidad o no, adornó sus orejas con los pendientes que llevó en su boda la Infanta Cristina con Iñaki Urdangarín el 4 de octubre de 1997. También han salido del joyero real, ya que fueron de Victoria Eugenia de Battenberg. Se interpretó como un gesto hacia Cristina de Borbón que podría ser incluso de apoyo tras ser absuelta.
Todo cambió cuando apareció en la inauguración de ARCOmadrid con los pendientes que lució la Infanta Elena en su boda con Jaime de Marichalar el 18 de marzo de 1995. Se trata de unos pendientes colgantes de perlas que decidió ponerse tan solo horas más tarde de ornamentar sus orejas con los pendientes nupciales de su otra cuñada. ¿Casualidad o mensaje para ellas?