Buenas noticias para los Duques de Sussex. Mientras que el Príncipe Harry se encuentra en Londres en pleno juicio contra el grupo editorial del Daily Mail por una demanda conjunta con otros grandes artistas por escuchas ilegales y diferentes violaciones de su intimidad, Meghan Markle ha recibido la feliz noticia de haber ganado la batalla legal que tenía con su medio hermana Samantha por su entrevista con Oprah Winfrey en 2021 y la publicación del libro 'Finding Freedom'.
La Duquesa de Sussex había sido demanda por haber difundido "mentiras manifiestamente falsa y maliciosas" cuando dijo durante la entrevista que era " hija única " asegurando que esto había sido premeditadamente orquestado con una "campaña para difamar y destruir la reputación de su hermana y su padre" y someterlos a una "humillación, vergüenza y odio a escala mundial". Además, también se afirmaba en dicha demanda que se habían incluido "declaraciones falsas" sobre ella en el libro 'Findin Freedom', escrito por periodistas afines a los exmiembros de la Corona británica.
Para su desgracia, la jueza que llevaba e l caso en Florida, Charlene Edwards Honeywell, ha archivado la demanda asegurando que lo único que hizo Meghan Markle fue dar "una opinión sobre su infancia y su relación con su media hermana", lo que se trataba de un sentimiento respecto a cómo se siente actualmente pro su infancia por lo que "la demandante no puede no puede refutar plausiblemente la opinión en la demandada sobre su propia infancia".
En la sentencia también se hace referencia al contenido del mencionado libro y la jueza también ha desestimando la acusación ya que Samantha y su defensa no pueden demostrar que Meghan Markle interviniera de directamente en el contenido del libro, sino que habría que ir directamente a quienes lo escribieron y las fuentes que sí reconocen haber tenido.
La guerra judicial del Príncipe Harry
Mientras tanto, el Príncipe Harry sigue lejos de su mujer y sus hijos en su lucha contra la prensa británica desde el propio Londres donde se han iniciado ya la vistas para intentar llevar al grupo editorial al juicio por por presunta violación de su intimidad y los métodos abusivos que llevaban a cabo para conseguir información sobre ellos. En esta demanda, el equipo de abogados del hijo del Rey Carlos III aseguraban que había sido víctima de "una actividad delictiva abominable" como el intento de "colocar dispositivos de escucha dentro de automóviles y hogares" así como "el encargo a personas privadas para que escuche y graben las llamadas telefónica privadas y en vivo".