A pesar de que los Duques de Sussex anunciaron que iban a hacer un parón en su agenda oficial para poder descansar de los intensos meses que han vivido últimamente cargados de presión mediática. Sin embargo, parece que Meghan Markle no puede dejar de lado su faceta más solidaria y no ha dudado en asistir a un taller de repostería organizado para mujeres desfavorecidas en una panadería de Londres.
La Duquesa de Sussex se puso el delantal y acudió a la pastelería Luminary para formar parte de ese bonito proyecto con el que ya colaboró para el número de la revista Vogue que ella misma editó y que se publicó en septiembre de 2019. A pesar de que mostró muy sonriente durante todo el taller, lo cierto es que Meghan Markle no está pasado por su mejor momento. La Duquesa de Sussex quiso aprovechar este proyecto para sincerarse sobre la situación que está viviendo debido a la presión mediática que supone ser parte de la familia Real Británica.
La Duquesa de Sussex no tuvo reparo en hablar con las asistentes al taller y confesar sus: " esperanzas, miedos e inseguridades ". Además, Meghan Markle se mostró crítica con la "cultura de solución y gratificación instantánea" que existe hoy en día en nuestra sociedad. "Los humanos no somos objetos mecánicos que necesitan ser reparados. Somos criaturas heridas que necesitan ser curadas ", confesó la Duquesa de Sussex. "Nos acostumbramos a querer que se hagan las cosas de inmediato hoy en día, pero lleva tiempo", continuó.
No puede más
Estas palabras se suman a la confesión que hizo la Duquesa de Sussex en un documental grabado durante su viaje por África donde aseguraba que no estaba llevando bien la presión mediática tras el nacimiento de su hijo Archie Harrison: "Cualquier mujer, especialmente cuando está embarazada, es vulnerable. También pasan cosas que no siempre se ven". Ante esta situación el Príncipe Harry decidió mandar un comunicado en el que se mostraba muy preocupado: " Perdí a mi madre y ahora veo a mi esposa víctima de las mismas fuerzas poderosas. He visto lo que sucede cuando un ser querido se convierte en mercancía hasta el punto de que ya no se les trate como a seres reales".