Lo cierto es que nadie esperaba que apareciera en la escena pública hasta después del verano, pero no ha sido así. Fue en el Estadio Olímpico de Londres donde la pareja fue vista de lo más feliz en un encuentro de los Yankees de Nueva York y los Red Sox de Boston. Este partido ha sido muy especial por partida doble, no solo por ser la primera vez que un encuentro así se celebraba en Europa, sino por sus fines para ayudar a los demás. Los fondos irán destinados a Invictus, la fundación a la que el Príncipe Harry está tan ligado.
Pronto todas las miradas apuntaron a los Duques de Sussex cuando saltaron al campo para saludar a los asistentes. Aunque el momento más emocionante tuvo lugar una vez disputado el partido, cuando el matrimonio conoció a los jugadores en los vestuarios, donde tuvieron la suerte de recoger algunos regalitos con el nombre de su bebé, Archie, que aún no ha cumplido los dos meses de vida.
Un encuentro inesperado
Para una ocasión como esta, la Duquesa de Sussex ha elegido un vestido corto en color negro, y no ha ido en tacones, sino que ha demostrado que la elegancia no está reñida con la altura, acudiendo con unos zapatos bajos. Y más allá de su reencuentro con un pariente, ha dejado momentos muy divertidos, sobre todo cuando ha recibido camisetas tamaño mini de los respectivos equipos para su hijo Archie, todo un detalle que tanto a ella como a su marido les ha encantado.