La relación entre el Príncipe Harry y Meghan Markle avanza inexorablemente y todo parece indicar que en 2018, o como mucho en 2019, habrá boda real en Gran Bretaña. De momento cada vez hay más gestos de que este romance va viento en popa, tanto que incluso ha terminado por vencer la resistencia del clan Middleton.
En marzo se dijo Pippa Middleton no quería que Meghan Markle acudiera a su boda con James Matthews el próximo 20 de mayo. La razón no sería otra que evitar que la estadounidense le robara protagonismo en el día en el que ella y solo ella tiene que ser la auténtica estrella. Y así quedó la cosa...
Boda por todo lo alto
Ahora se ha sabido vía Hello! que o bien la hermana de la Duquesa de Cambridge ha cambiado de idea, o bien el Príncipe Harry ha terminado convenciendo a su concuñada de que Meghan Markle también tiene que estar presente en la ceremonia, lo que también dará una imagen de unidad entre los hermanos Gales y las hermanas Middleton.
Por el momento, la actriz ha pedido permiso en la serie 'Suits', en la que trabaja, para poder tener libre entre el 15 y el 22 de mayo, y así viajar a Inglaterra para acudir a la boda de Pippa Middleton y James Matthews como flamante acompañante del Príncipe Enrique de Gales.
Meghan Markle será testigo de un enlace que se celebrará el sábado 20 de mayo en la Iglesia de St Marks de Englefield, en Bucklebury. En esa ceremonia, el Príncipe Jorge ejercerá de paje, mientras que la Princesa Carlota será una de las pequeñas damas de honor.
Después tendrá lugar el banquete, que será por todo lo alto, sin duda un momento inolvidable que servirá también para consolidar un poco más el romance entre el Príncipe Harry y una actriz que está llamada a entrar en la Familia Real Británica.