La asistencia de la Duquesa de Sussex a un partido de Wimbledon en el que se enfrentaban Serena Williams contra Kaja Juvan ha traído polémica.
Ha sido verdaderamente una sorpresa la asistencia de Meghan Markle para presenciar un partido de tenis en Wimbledon. La Duquesa de Sussex fue con sus amigas Genevieve Hillis and Lindsay Roth para ver jugar en directo a Serena Williams. Pero la visita no se ha quedado sin repercusiones, después de los que guardaespaldas de la esposa del Príncipe Harry no dejaran que el público le hiciera fotos.
Este hecho ha revolucionado a todos los asistentes y han sido varios los que la han criticado, llamándola inmadura o calificándola como una persona obsesiva con el control. Además, según han publicado Daily Mail, Meghan Markle estaba todo el rato mirando a su alrededor y pendiente de quién la estaba observando. Varios espectadores han relatado sus propios casos, ya que un asistente que se encontraba cerca de la Duquesa de Sussex se realizó un selfie y el guardaespaldas inmediatamente le llamó la atención. El espectador ha declarado: "Me dijo no me hiciera fotografías estando cerca a ella". Además han añadido que había más de 200 fotógrafos presentes para inmortalizar el momento y los guardaespaldas fueron enviados para advertirles.
Quitando hierro al asunto
Tal ha sido la polémica que el Palacio de Kensington se ha negado a hablar sobre el tema, aunque una fuente de la realiza británica ha declarado al citado medio: "No es raro que los agentes de seguridad de la Familia Real pidan que no se realicen fotografías, para que cuando estos acudan a algún evento socialicen con personas y no con teléfonos".