La última incorporación a la Familia Real Británica, la de la exactriz Meghan Markle, no ha supuesto grandes lujos para la monarquía inglesa. Y es que la Duquesa de Sussex sigue manteniendo algunas de sus rutinas y costumbres propias de la vida que llevaba antes de convertirse en la mujer del Príncipe Harry.
Meghan Markle ya nos tiene acostumbrados a su personalidad sencilla, cercana y poco ostentosa que tanto nos gusta. La norteamericana no es fanática de los grandes lujos propios de la Casa Real de Inglaterra y es lo que le hace ser tan querida por el pueblo. Algunos de los amigos más íntimos de la suegra de la Reina Isabel han concedido una entrevista a la revista People para defenderla de algunas de las falsas acusaciones que se han dicho sobre ella respecto a este tema: " Hay una suposición falsa de que ella vive en un palacio dorado con personal y damas de honor y tantos otros beneficios reales. Simplemente eso no es cierto", explican.
La vida diaria de la Duquesa
Los Duques de Sussex han optado por llevar una vida discreta ajena a grandes lujos residiendo en una casa "pequeña y acogedora" sin personal como cocineros o mayordomos propios de los 'royals'. Es más, los amigos de Meghan aseguran que la que se encarga de la cocina es ella misma.
Sin embargo, la exactriz no solo es autosuficiente en cuanto a temas del hogar típicos de cualquier persona que no pertenezca a la realeza. Meghan Markle tampoco necesita ni estilistas ni maquilladores, ya que es ella misma la que se encarga de su rutina de belleza diaria adaptada a los numerosos compromisos oficiales a los que acude. Así lo ejemplifica una de sus mejores amigas: "Estuve con ella el mes pasado y tenía que ir a un acto público. Harry y yo estábamos sentados con los perros, conversando, y ella se estaba pintando las uñas. Normalmente es ella la que se encarga de todo, de su maquillaje, se viste, se prepara... Nadie se imagina que ella se ocupa de su cabello y de sus uñas. Es autoservicio ".