Si cada reaparición de Meghan Markle genera mucha expectación y se convierte en noticia, esta vez no iba a ser para menos, ya que la mujer del Príncipe Harry cumplía el pasado 4 de agosto 37 años. Lejos de una celebración a lo grande, lo cierto es que tanto ella como su marido lo hacían acudiendo a la boda de un gran amigo del nieto de la Reina Isabel, Charlie Van Straubenzee, con Daisy Jenks.
El enlace en cuestión se celebró en el condado de Surrey, donde los Duques de Sussex llegaron poco antes de la ceremonia en la que el Príncipe Harry tenía un papel de excepción, ser el padrino del novio. De manera que, durante unos instantes Meghan Markle, sin la compañía de su marido, se la pudo conversando alegremente y sonriendo con los allí presentes demostrando lo bien que se mueve en su nuevo círculo de amigos.
¿La habrá felicitado su padre?
Este cumpleaños puede que haya sido el más especial para Meghan Markle, ya que es el primero que celebra como miembro de la Familia Real Británica. Un papel en el que ella se muestra muy cómoda y que demuestra en cada una de sus apariciones públicas. Ahora bien, este día también ha sido el que más polémica ha generado en los días previos después de que su padre afirmara que no iba a poder felicitar a su hija por su 37 aniversario.
"Quiero enviarle una tarjeta. Pero si le mando una tarjeta de cumpleaños al Palacio de Kensington o dónde esté viviendo ahora, será una más y probablemente nunca la vea ", señalaba Thomas Markle a Daily Mail, para finalmente revelar que la Casa Real había roto cualquier forma de comunicación entre él y la Duquesa de Sussex. Una decisión probablemente motivada por las declaraciones del progenitor que no dejan en buen lugar a la Familia Real y de las que ningún miembro de la misma se ha pronunciado.