Meghan Markle ha dado por finalizado su viaje a Nueva York. Después de cenar con el Príncipe Harry en San Valentín una vez que él voló en jet privado desde Noruega para llegar tiempo a una velada tan especial, la Duquesa de Sussex se marchó de Reino Unido para recalar en Nueva York el viernes 15 de febrero.
La consorte real se divirtió saliendo a tomar el té con Jessica Mulroney, almorzando con Abigail Spencer o de cena con las anteriores y con Serena Williams y Markus Anderson. Y por fin llegó el baby shower, una fiesta por todo lo alto celebrada en la carísima Penthouse Suite del hotel The Mark de Nueva York, donde no faltó la música que ofreció el arpa de Erin Hill ni la comida, de la que se encargó el chef Jean-Georges Vongerinchten.
Al evento acudieron desde Jessica Mulroney y Abigail Spencer, pasando por la abogada Amal Clooney, la presentadora Gayle King o Taryn Toomey. La gran ausente fue Priyanka Chopra, que pese a ser una muy buena amiga de la que fuera protagonista de 'Suits', no ha aparecido por Nueva York.
El baby shower ha dado para mucho, sobre todo para especular sobre el sexo del primer hijo del Príncipe Harry y Meghan Markle. Si el baby Sussex es niño o es niña se desvelará después de su nacimiento, como manda la tradición, aunque hay quien se ha puesto a especular tras ver los regalos y los motivos de la fiesta.
Como Abigail Spencer llevaba un envoltorio azul, hubo quien dijo que era para un niño, mientras que al ver la bolsa colorida y el paquete rosa de Gayle King, las especulaciones se lanzaron hacia la niña. No contentos con eso, como en el baby shower hubo muchas cosas rojas y otros motivos que tradicionalmente han sido considerados 'femeninos', la balanza ha terminado inclinada a favor de que sea niña.
No hay que olvidar que los colores son solo colores, y que no hay tonos para niños ni tonos para niñas, y tampoco las flores deben ser solo femeninas. Sea como fuere, el sexo se conocerá a su debido momento, y estaría bien pensar que simplemente esos motivos y esos colores han sido elegidos por gusto personal y no porque el baby Sussex sea mujer.
Colores y decoración aparte, la Duquesa de Sussex ha dejado claro que su pasado como actriz y celebrity estadounidense no puede ser olvidado con facilidad por mucho que en su biografía oficial publicada por la Casa Real Británica no se haga apenas referencia a su carrera en la interpretación.
No es habitual que una royal festeje un baby shower, o al menos no de forma tan pública y con un coste tan alto, ya que según una estimación de Daily Mail, habría sido de unos 400.000 euros. Por si acaso, Kensington Palace se ha encargado de puntualizar que el viaje ha sido privado, y por tanto los gastos no han sido cargados a los contribuyentes.