Pero entre esa gente no estaba la Monarca: "Ella era diferente, y durante el período de divorcio, la Reina y el Duque estaban mucho de parte de Diana y en contra de su hijo Carlos". Algo que sabía porque Burrell podía leer la correspondencia que se intercambiaban entre ellos: "Yo leí mucha correspondencia entre ellos y todas las cartas tenían la firma de 'tu amorosa madre' y 'tu querido padre'. Y Felipe le dijo a Diana: 'Mamá y yo no entendemos a Carlos para nada. No entendemos porque prefiere a Camilla a ti y no aprobamos que tenga líos extramatriomoniales'. Felipe y la Reina estaban del lado de Diana y no de Carlos".
"Ellos deciden sobre mi matrimonio. No pinto nada aquí"
Lady Di quería separarse, pero no divorciarse para que sus hijos no viviesen la misma situación que vivió ella de niña. Algo que, a efectos legales, impedía a ahora Rey Carlos III volver a casarse. Tanto la Reina Isabel como el Duque de Edimburgo optaban más por la postura de Diana, pero entonces esta sobrepasó todos los límites, acabando así con la paciencia de la Institución: "Luego Diana se asoció con Andrew Morton y escribieron el libro. Este libro fue la gota que colmó el vaso (...) no había precedentes, nadie había sacado los trapos sucios. Y la entrevista en Panorama fue demasiado. Se produjo una reunión en Palacio y se decidió que se iban a divorciar. No lo decidió Diana", reconoce Burrell.
Y Lady Di no pudo más que aceptar: "Diana recibió una carta: 'He celebrado una reunión y creemos que es mejor para el país que Carlos y tú os divorciéis. Firmado Isabel E. R.'. No firmó como 'tu mamá' como había hecho antes. Me miró con lágrimas en los ojos y me dijo: 'Ellos deciden sobre mi matrimonio, ellos deciden cuando se acaba, yo no pintó nada aquí'".