De sobra es conocido que a la Reina Letizia no le entusiasman las reuniones de royals a las que le toca acudir con motivo de bodas, cumpleaños y eventos parecidos. De hecho, hasta se alegra cuando puede librarse, como ha ocurrido con la boda del Príncipe Harry y Meghan Markle o el 50 cumpleaños de Federico de Dinamarca. De todos modos, cuando va, se alegra de ver a una persona a la que puede llamar amiga y con la que tiene una complicidad especial: Máxima de Holanda.
Las dos royals comparten no solo una edad parecida, Máxima es de 1971 y Doña Letizia de 1972, sino el origen plebeyo y el mismo destino. Máxima Zorreguieta procede de una familia argentina acomodada, mientras que la Reina de España nació en un clan español de clase media. Pese a sus orígenes distintos, ambas triunfaron en sus carreras profesionales, aunque tuvieron que decir adiós a su vida pasada para casarse con dos príncipes herederos y entrar así en la realeza.
Quizás por todo eso y por hablar español, algo que solo hace también María Teresa de Luxemburgo, y es de otra generación, la Reina de España y la Reina de Países Bajos se tienen especial simpatía y un cariño especial. Tienen en común además una terrible desgracia que desgarró a sus familias, la muerte de sus hermanas pequeñas.
Doña Letizia era la mayor de tres hermanas. Le seguían Telma (1973) y Erika (1975). Telma es fuerte, pero Erika siempre fue más vulnerable y no tuvo mucha suerte en la vida. El 7 de febrero de 2007 saltó a la luz una noticia espantosa. Erika Ortiz Rocasolano había sido encontrada muerta en su casa. La vivienda se encuentra en el número 40 de la calle de la Ladera de los Almendros de Valdebernardo (Madrid), casa que compró en su momento Doña Letizia y que le cedió cuando se marchó a La Zarzuela para vivir con Don Felipe.
Erika Ortiz murió por una ingesta masiva de pastillas, que le provocaron una parada cardiorrespitoria. Dejó cinco cartas para su familia: una para su padre, otra para su madre, una para Doña Letizia, otra para Telma Ortiz y una quinta para su expareja y padre de su única hija Carla, Antonio Vigo. Tras la incineración de su cuerpo, la entonces Princesa de Asturias se acercó junto a Don Felipe para saludar a la prensa y pronunció estas desgarradoras palabras: "Muchas gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña". Apenas pudo terminar, ya que rompió a llorar desconsolada. El por aquel momento Príncipe de Asturias añadió: "Gracias a todos por la comprensión, y sentimos el remojón que estáis sufriendo".
Nada fue igual para los Ortiz Rocasolano desde entonces, nada fue igual para la Familia Real. 2007 marcó el comienzo de los escándalos, el annus horribilis, y los conflictos fueron a más. Nadie podrá olvidar a Erika Ortiz, y por muchos años que pasen, la pena estará ahí para sus seres queridos.
La muerte de Inés Zorreguieta
Ahora es Máxima de Holanda quien tiene que enfrentarse a una tragedia igual. Máxima Zorreguieta tiene 3 hermanas por parte de padre y otros 3 nacidos del matrimonio de sus padres. La más pequeña era Inés, una mujer que había pasado por trastornos alimenticios y sufría depresión y de la que la Reina de Países Bajos ha estado siempre muy pendiente; de hecho, quiso que se mudara a Holanda para estar más cerca, pero Inés Zorreguieta prefirió quedarse en Argentina.
11 años y cuatro meses después de la muerte de Erika Ortiz, Inés Zorreguieta se quitó la vida en su domicilio de Buenos Aires. Tenía solo 33 años y había tenido una existencia llena de problemas que desgraciadamente no pudo superar. Ahora, a su familia les queda el recuerdo y un enorme dolor difícil de sobrellevar. A Máxima, siempre amable y simpática, le va a costar mucho seguir luciendo su eterna sonrisa. Para superar algo tan duro puede ayudarle su amiga Letizia, aunque tiene más cerca al Rey Guillermo Alejandro, que desgraciadamente también ha tenido que enterrar a un hermano antes de tiempo.