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El triunfo del amor real en parejas como los Reyes Felipe y Letizia o los Príncipes Federico y Mary de Dinamarca hace que frecuentemente se olvide que anteriormente los matrimonios de conveniencia estaban a la orden del día y que la "Razón de Estado" muchas veces se imponía a los sentimientos. Si a esto se le une el carácter excesivamente promiscuo de muchos reyes (y también alguna reina), uno se encuentra con que la mayoría de los matrimonios reales de la anterior generación ha sido un fracaso.
Sonoras son las infidelidades del Rey Juan Carlos a Doña Sofía o las del Duque de Edimburgo a la mismísima Reina Isabel II. Ellos no son los únicos, pero ambos y los otros miembros de esta lista se caracterizan por haber tenido la sensatez (o debilidad) suficiente como para sentar cabeza en su vejez. Llega una edad a la que el cuerpo ya no está para dar mucha guerra, así que mejor conformarse con lo que uno tiene y disfrutar de ello.
Don Juan Carlos y Doña Sofía
El convulso matrimonio de los hoy Reyes Eméritos de España es digno de figurar en lo más alto de cualquier lista de infidelidades. La obsesión por las mujeres del Rey Juan Carlos es de sobra conocida por todos. De hecho, hay quien cifra el número de amantes que ha tenido en 5.000. Cifras aparte, lo cierto es que la lista de amantes del rey se caracteriza más por los rumores (los que lo asocian con Sara Montiel o Paloma San Basilio) que por la realidad. Pero eso no quiere decir que no haya verdad en toda esta historia.
Sus amantes "verificadas" son principalmente tres: la vedette Bárbara Rey, la interiorista mallorquina Marta Gayá y la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein. El romance que mantuvo con cada una de ellas fue a cada cual más escandaloso, llegando incluso en algún caso a hacer peligrar, aparte de su matrimonio, la propia monarquía.
Doña Sofía ha tenido que aguantar estoicamente toda esta situación durante más de 50 años, aunque desde la abdicación de su marido parecía que al fin ambos se habían librado del "yugo" que los sometía y hacían vidas separadas. Así ha sido hasta este año, cuando coincidiendo con el 80 aniversario de Don Juan Carlos la Casa Real ha decidido juntarlos de nuevo.
Lo sorprendente es que lejos de los gestos ariscos y la fría ignorancia que caracterizaron sus apariciones durante los últimos años, ahora los Reyes Eméritos se muestran cómplices y cómodos el uno con el otro. Juntos han protagonizado recientemente numerosos actos institucionales e incluso han ido a comer con amigos y familiares. Parece que al fin (o al menos de cara a la galería), Don Juan Carlos y Doña Sofía vuelven a ser un matrimonio "normal".
Alberto y Paola de Bélgica
El Rey Alberto de Bélgica, aparte de gran amigo de Don Juan Carlos, tiene muchas cosas en común con su homólogo español. Más allá del hecho de que ambos han abdicado el trono a favor de sus hijos, lo cierto es que también les unen varias demandas de paternidad y una larga lista de amantes. Aunque el caso del matrimonio real de Bélgica tiene un elemento distintivo y diferenciador respecto a los Reyes Eméritos españoles: tanto Paola como Alberto fueron infieles el uno al otro.
De este modo, si a Alberto de Bélgica se le pueden adjudicar numerosas amantes, lo mismo podría hacerse respecto a su esposa. Podría decirse incluso que competían por ver cuál de los dos era más infiel. La sombra del divorcio planeó en varias ocasiones por sus cabezas, pero nunca llegó a materializarse. De hecho, en la década de los 80 (casi dos décadas después de haber contraído matrimonio) l a pareja consiguió normalizar su relación y dejar a un lado su díscolo pasado.
En 1993, tras el repentino fallecimiento del Rey Balduino, Alberto de Bélgica accedió al trono y tuvo a su lado a una consorte en la que se apoyarse y en la que confiar. Ambos se convirtieron desde entonces en una pareja estable dedicada a su familia y a cuidar el uno del otro. Las muestras de cariño y respeto en público son frecuentes entre ambos, sobre todo a raíz de los recientes problemas de salud de la Reina Paola.
Carlos Gustavo y Silvia de Suecia
Quien todavía se mantiene en el trono es el Rey Carlos Gustavo de Suecia, que parece no tener intención de abdicar a favor de su hija, la Princesa Victoria. Goza además de una gran popularidad entre sus súbditos pese a la polémica surgida hace unos años cuando salió a la luz su afición por los clubs nocturnos y su relación con la cantante Camilla Henemark.
Estos detalles fueron revelados en el libro de Thomas Sjöberg 'El monarca reticente' (2010), que causó un gran revuelo en Suecia y que obligó al rey a reconocer los hechos de manera indirecta: "He leído algunos titulares que no han sido agradables, he hablado con mi familia y con la reina. Pasamos página y miramos adelante, porque estos asuntos ocurrieron hace mucho tiempo".
Estas declaraciones no consiguieron eliminar el nubarrón que se cernía sobre la monarquía sueca, ya que sólo unos meses después de eso se difundía un vídeo en la que un amigo del monarca supuestamente negociaba hacerse con unas fotografías comprometedoras del Rey Carlos Gustavo. Curiosamente, fue precisamente su esposa la Reina Silvia quien más le apoyó en esos difíciles momentos.
En la actualidad, hay quien asegura que hacen vidas separadas. Sin embargo, o al menos de cara a la opinión pública, los Reyes de Suecia se han convertido en unos auténticos jefes de familia numerosa con sus tres hijos y sus siete nietos.
Isabel II y Felipe de Edimburgo
La popular serie 'The Crown' ha sacado a relucir de nuevo las infidelidades cometidas por el Duque de Edimburgo a su esposa, pero lo cierto es que estos hechos ya eran de dominio público desde hace mucho tiempo. Sin ir más lejos, para la Historia queda ya la frase supuestamente pronunciada por la monarca británica: " Yo a mi marido no le pido fidelidad, sino lealtad ".
Se casaron muy enamorados y de hecho gozaron de una vida matrimonial apasionante durante sus primeros años. Sin embargo, cuando la Princesa Isabel se convirtió en monarca del Reino Unido en 1953, su marido mostró serias dificultades para adaptarse a su nuevo papel y canalizó ese malestar hacia diversas y numerosas relaciones extramatrimoniales. De estos años datan sus noches de juerga en clubs del Soho londinense o sus escapadas en el yate real Britannia.
Desde entonces, varios nombres más o menos conocidos han pasado a engrosar la supuesta lista de infidelidades del Duque de Edimburgo : la actriz Zsa Zsa Gabor, Pat Kirkwood, Susan Barrantes (madre de Sarah Ferguson), la Duquesa de Abercom... A ellas habría que añadir también a Lady Penny Brabourne, una joven 30 años más joven con la que algunos medios señalan el Duque de Edimburgo mantiene actualmente una "entrañable amistad".
Con el paso de los años la rebeldía del consorte real se fue reduciendo, aunque nunca ha llegado a desaparecer del todo. Pese a esto, Isabel II y Felipe de Edimburgo han conseguido formar un matrimonio con 70 años de trayectoria y que algunos han acabado por denominar como "matrimonio de trabajo": en los buenos y en los malos momentos, ambos saben que pueden contar con el apoyo del otro. Al fin y al cabo, el único propósito vital del Príncipe Felipe es, según uno de sus secretarios privados: " no fallar nunca a la Reina ".